Hacia Viernes Salvajes
Que lindo es levantarse una mañana en Buenos Aires y enterarse que alguien que uno quiere y admira, como Leticia Martin, ganó un premio.
Cuando la sorpresa, y no el asombro porque es merecido, le dió lugar a la alegría, me enteré que se trata del prestigioso Premio Lumen de Novela. Premio, que en ediciones anteriores, ganaron nombres propios como Elena Ferrante, Virginia Woolf, Natalia Ginzburg, Patti Smith y otras.
La novela en cuestión es Vladimir, una probable relectura de la novela Lolita de Vladimir Nabokov, pero en clave de mirada feminista. En este caso, la diferencia de edad está invertida. Se trata del romance entre una profesora adulta y su joven alumno. Cuando es descubierta esta relación secreta, ella huye a Buenos Aires justo cuando sucede un gran apagón y eso genera violencia en las calles. Recién hasta el 7 de septiembre se deberá esperar para que salga a la venta bajo el sello Lumen.
El jurado, que otorgó el galardón a la flamante ganadora argentina, estuvo conformado por Ángeles González-Sinde, Luna Miguel y Clara Obligados (escritoras), Lola Larumbe (directora de la librería madrileña Rafael Alberti) y Maria Fasce, directora literaria de Lumen.
Mientras espero ansioso la llegada de Vladimir para poder disfrutarla, me sumerjo a la lectura de otra novela suya que tenía entre las pendientes.
Me debía la lectura de la novela «Topadoras Oxidadas» de Leticia Martin. En una entrevista que le hicimos en la radio, ella apenas deslizó algo sobre el libro. Y esa poca información me atrajo.
Es una novela, es una crónica y es al mismo tiempo un diario íntimo. La protagonista, que bien podría ser la misma Leticia, nos abre una zona de su mente para que espiemos lo que ella quiere que espiemos. Nos deja su diario abierto para que uno al pasar le pegue una pispeada y trate de entender a la mujer, a la voz narradora que nos relata unas vacaciones familiares en Carpinterías, provincia de San Luis.
El paisaje serrano es parte del relato, es el contexto donde la mujer escapa de a momentos para escucharse y para entender y entenderse en una vida que parece algo desordenada. Levrero, el autor uruguayo, es casi un personaje dentro de la novela y acompaña con sus «irrupciones» eso de poner en palabras lo que le pasa a nuestra protagonista.
Topadoras Oxidadas es un viaje, no al estilo road movie, es un viaje hacia la intimidad de una mujer que no sabe bien que hacer con un matrimonio y unas vacaciones que se parecen bastante a la rutina pero sin buena conexión de internet.
Me encanta que sus 29 capítulos sean breves, directos y sin concesiones. Las fotografías de los interiores del libro son bellezas, son palabras en imágenes que colaboran con el relato haciéndolo más bello aún en momentos grises.
Lean Topadoras Oxidadas. Se lee rápido y uno se puede pegar una buena escapada gracias a la prosa limpia y seductora de Leticia Martin, prosa que caracteriza cada uno de sus textos. De la factoría de Qeja Ediciones.
Para terminar necesito contar como conocí a Leticia Martin, que creo la describe en su esencia. En agosto de 2018, en plena jornada de votación en el Congreso por la Ley de aborto legal, seguro y gratuito, la llamé a Leticia para entrevistarla al aire de La Patria Futbolera por su participación en una antología de cuentos futboleros, junto a otras autoras, llamado Sucias de Caucho. El día se prestaba frío, lluvioso, demasiado hostil para llevar adelante una jornada de lucha en la calle, esperando a ver que se resolvía en el Congreso. Leticia, al horario convenido, atendió su celular en el refugio que encontró en la entrada de un edificio y nos dedicó más de media hora en la que recorrimos el origen del libro en cuestión, el feminismo, el fútbol femenino y la ley del aborto. No fue muy difícil imaginarla a Leticia con el celular en la oreja, mojada y con frío, corriéndose un rato de su condición militante, para atender a tres tipos que hacían un programa de radio dónde trataban de deconstruir el fútbol. Leticia Martin es hoy ganadora de un premio importante, es editora, es escritora, es muchas cosas pero para si siempre va a ser esa compañera que aún no conocía y que en la inclemencia de un clima bravo, brindó su tiempo a tres perfectos desconocidos.
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-LETICIA MARTIN: «LOS GRISES Y LA CRÍTICA HACEN LA DIFERENCIA».
Charly Longarini
Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.