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DUKE ELLINGTON EN ARGENTINA

29 abril, 2024

La leyenda cuenta que muy pocos sabían que se alojaban en el Hotel Continental, y que habían hecho escala en la madrugada de aquel 5 de Septiembre en San Pablo, y cerca de las 16, aterrizaron en Ezeiza. A un productor bastante insistidor se le ocurrió llevar un piano a ver si tocaba en el aeropuerto, cuestión que nuestro protagonista desistió amablemente. Corría el año 1968, y la Argentina estaba gobernada por una Junta de Comandantes, presidida por la facción del Ejército menos antiperonista, los azules, de Juan Carlos Onganía.

El que había pisado estas tierras de los mares del sur, era Edward Kennedy Ellington, Duke, nacido en Washington D.C, en el mismo año que Ernest Hemingway, y Jorge Luis Borges, en 1899. Era un día como hoy 29 de abril. Crecido en el seno de una familia educada de clase media, estudió arquitectura, pero abandonó para dedicarse y consagrarse a la música.

Duke Ellington (1899- 1974)

En los años 20 tocaba en el Cotton Club, en el Harlem, el barrio negro de Manhattan, club abierto por el contrabandista y gángster, Owney Madden y campeón de peso pesado Jack Johnson. Allí empezó la historia , pero la cuestión que junto a Duke a Buenos Aires llegó una especie de Dream Team.

Duke Ellington contaba con un hombre de mirada de buho y labios gastados por la boquilla, Charls Malvin «Cootie» Williams en la trompeta, John Hodges, otra fuera de serie en el saxo alto, y el trombonista Lawrence Brown, junto a Harry Carney, saxofonista barítono oriundo de Massachussets. Se presentaron en el Teatro Gran Rex, y después de la ovación, -el público se venía abajo-, cuando salió a escena Duke de un lado diferente al del resto de la banda,comenzó con Black and Tan Fantasy. Era la noche de una leyenda, muchos de esos asistentes decían que habían esperado unos 30 años para ver a Duke.

Y allí estaba en pleno centro porteño, metiendo el alma blackie, nacida tal vez en algún rincón africano. Vestido de smoking azul, camisa celeste, y de moño, brillaba su Ellington´s sound. Cuentan que tras una primera parte, donde estuvo el clásico Caravan, el arranque de la segunda fue como si el tiempo se transportara al Cotton Club. Pasó al frente en el primer tema John Cornelius Hodges, que con apariencia de cansado o aburrido porque participó poco de la primera parte del show, comenzó a hacer poesía con el saxo alto.

Antes de cruzar las 0.30 llegó el turno de cantantes que fueron ovacionados como una dulce y joven voz femenina Trish Turner, y el varón Toney Watkins se sumó,para hacer un par de temas a duo. Take the «A» Train anticipó el final, con un Duke entusiasmado pero con signos de cansancio, tenía 69 años, y un año atrás había grabado con Frank Sinatra.

Fue el 9 de Septiembre del mismo año que deleitó a los platenses, en el cine Gran Rocha, calle 49, en la ciudad de los diagonales, también se presentó este destacado pianista. La Plata ciudad que se revolucionará con el Estudiantes de Osvaldo Zubeldía, de Madero y Bilardo, que saldrán campeones de América e Intercontinentales.

La segunda estadía en el país fue en noviembre de 1971, actuaría en el Cine Metro. Habría dicho sobre el escenario del Gran Rex, «Raras veces hemos encontrado un público tan amoroso y tan maduro». Un día como hoy nacía uno de los mejores pianistas del jazz, que vino para realizar dos y terminó haciendo cinco recitales.

Fuente: Revista Primera Plana, 1968/ Diario La Nación.


Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, letras y política. Escritor, divulga la historia de nuestro país en Relatos del Sur Autor del libro “Escritores en Combate 1”