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MICHAEL JORDAN Y NUESTRA NOSTALGIA

19 agosto, 2022

HACIA VIERNES SALVAJES

Terminé de ver la serie documental The Last Dance (Jason Hehir, 2020) y sentí una emoción que hacía mucho no experimentaba, la nostalgia.

La serie cuenta la ultima temporada de Michael Jordan en Chicago Bulls. Se llama así ya que Phil Jackson, el entrenador y cerebro de ese equipo, bautizó de esta manera a esa temporada: el ultimo baile, a sabiendas que Jordan ya había anunciado su alejamiento del equipo porque las autoridades no querían la continuidad del entrenador. Jordan no quería ser dirigido por otro, por eso se despedía de la institución a la que había hecho ganar seis anillos de campeonato de la NBA.

El documental, que está en Netflix, recorre la temporada 1997/98 y, al mismo tiempo, recorre los inicios de Michael Jordan.

Mientras miraba cada episodio recordaba a los jugadores que dan testimonio en el documental. Recordé partidos. Recordé como a mediados de los 90 me juntaba con mi amigo Gustavo a ver las finales de conferencia y las finales de la NBA, mientras comíamos pizza y tomábamos cerveza. Era como juntarse a ver el mundial.

Todo eso, no había llegado a nuestra vida porque si. Que siguiéramos a Jordan, Pippen, Paxson, Grant, Cartwright; que supiéramos quien era Phil Jackson; que mi viejo admirara a Larry Bird y se divirtiera con Charles Barkley después; que yo flasheara con ser Magic Johnson (tal vez el mejor base de la Historia); que odiáramos a Isiah Thomas (base de los Pistons). Todo esto tenia un porqué. Y ese porqué tenía nombre y apellido: Adrian Paenza.

Doctor en Matemática, periodista (integró grandes equipos deportivos entre ellos el mítico Sport 80 con José Maria Muñoz) un día, junto con el DT de la selección argentina de Basquet, Leon Najnudel, se reunió con David Stern, el máximo dirigente de la NBA, para lograr que éste se contacte con empresarios de la televisión argentina y así traer la NBA para estas pampas. El empresario le ofreció los derechos a Paenza y este se opuso porque esto escapaba a su rol de periodista. Finalmente aceptó y compro los derechos de televisación por dos mil dólares. Asi, casi sin pretenderlo, nació el legendario programa Lo Mejor de la NBA, emitido por Canal 9.

Años después mutaría a La Magia de la NBA y se mudaría a Canal 13, al término del popularísimo Futbol de Primera.

La Magia de la NBA nunca tuvo picos de rating considerables. El programa, que arrancaba pasando la medianoche, supo cosechar en un segmento difícil un público fiel y fervoroso que se había fanatizado con la NBA y luego con el básquet. Muchos se acercaron a la práctica de este deporte gracias al impacto que tuvo el programa.

Me atrevo a decir que los argentinos seguimos de cerca la carrera de Emanuel Ginobili en San Antonio Spurs y la de los demás integrantes de la denominada “generación dorada” en su desembarco en la liga norteamericana gracias a La Magia de la NBA.

Hoy podemos ver el documental en Netflix The Last Dance con mayor interés al que debería tener gracias aquel maravilloso envío televisivo.

Gracias a una edición super cuidada, con material que le mandaban directamente desde la NBA, con rankings, noticias, bloopers y la descomunal impronta comunicacional de Adrian Paenza, hoy podemos entender la trascendencia tanto de Michael Jordan como de los Bulls durante la década de los 90, simplemente con darnos cuenta que no hace falta mencionar el básquet para saber de qué hablamos.


Charly Longarini

Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.