Hace un año se dio uno de esos momentos que podrían haber partido la historia en dos. La dos veces presidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue interceptada llegando a la casa por Fernando Sabag Montiel, un fanático antiK que le puso un revolver en la cabeza y le gatillo. Por esos azares del destino la bala no salió y las cámaras de televisión no pudieron capturar una escena que hubiera partido la historia argentina en dos para siempre.
Ustedes se imaginan lo que sería de la vida de nosotros si el revolver homicida no se hubiera trabado. La cabeza de Cristina volando en mil pedazos. Su muerte televisada en vivo y directo hacia todo el mundo. La congoja y la desolación hipócrita de los que hasta unos minutos atrás le deseaban la muerte guillotinada en plaza de mayo. Argentina seguramente sería un país mucho más violento del que es en la actualidad. Sin dudas estaríamos en las puertas de una guerra civil.
La justicia a un año del intento de magnicidio solo se encuentra preocupada por hacer pasar la causa como un delito individual amparado en la figura del par de freaks antisistema cuando hay pruebas evidentes de conexiones políticas con nombres de peso como Gerardo Milman. Ahora bien la misma justicia todo el tiempo desestimo establecer los vínculos políticos que llevaron a que el atentado se realizara. Incluso si la justicia no pudiera demostrar vinculaciones políticas que al día de hoy resultan incontrastables y que indignan al mínimo sentido común es innegable que los medios de comunicación son responsables.
Los mismos producen a diario discursos de odio que llevan a la persecución de cualquier dirigente o persona que intente contradecir el discurso único predominante. La experiencia kirchnerista iniciada en 2003 y finalizada en 2015 fue una experiencia subversiva para el orden social político y económico reformulado luego de la última dictadura militar llevada a cabo entre 1976 y 1983. La llegada al país de las políticas neoliberales implementadas por los militares que denunciara de modo notable Rodolfo Walsh en su Carta Abierta a la junta militar se llevaron el aterrador numero de 30000 desaparecidos. Estas políticas de ajuste del estado de bienestar luego tendrían su segunda versión en la década del 90 con las medidas aplicadas por el binomio Menem- Cavallo que concluirían en la masacre del 19 y 20 de diciembre de 2001 de la mano de Fernando De La Rúa.
El tercer experimento neoliberal tendría su tercer parte con el gobierno de Mauricio Macri que quedara recordado en la historia como el gobierno que volvió a endeudar al país luego de que Néstor Kirchner lo desendeudara en el 2005.
Lo trágico del intento de magnicidio de Cristina es que el odio que se construye a diario por parte de los medios de comunicación y las redes sociales está anclado en la utilización que los tres gobiernos kirchneristas le dieron al estado utilizando al mismo para mejorarle la vida a millones de laburantes en todo el país aplicando una serie de políticas igualitarias que le otorgaron derechos a una parte postergada de la población. Ese es el carácter plebeyo del kirchnerismo y es por eso por lo que se lo intenta exterminar como se intentó acabar por medio de la fuerza con el peronismo a partir del golpe de estado de 1955 en una secuencia que incluyo el exilio del líder por 18 años y que finalizo con la experiencia de la sangrienta última dictadura militar.
«Ese es el carácter plebeyo del kirchnerismo y es por eso por lo que se lo intenta exterminar como se intentó acabar por medio de la fuerza con el peronismo a partir del golpe de Estado de 1955»
JUAN P. SUSEL.
Al cumplirse un año del intento de magnicidio a Cristina y más allá del fastidio que al campo nacional y popular le genere este fallido gobierno del frente de todos es nuestra responsabilidad militante recordar cuales son los pilares sobre los que se construyó la experiencia kirchnerista.
En tiempos de negacionismo abatidos por el fastidio muchas veces dejamos que el cansancio se imponga por sobre la necesidad de dar cuenta de nuestra historia reciente. Así como la experiencia de la dictadura encabezada por Videla fue un plan represivo sistemático que intento disciplinar el tejido social el kircherismo significo la posibilidad para una inmensa mayoría de la población de tener acceso a cuestiones básicas como el trabajo la salud y la educación que estuvieron muchos años postergadas. Es por eso que intentaron matarla y es por eso que nadie investiga seriamente que paso el primero de septiembre de 2022.
En tiempos de haters y líderes carismáticos de extrema derecha más que nunca hace falta volver a fundar contratos sociales basados en la solidaridad y la igualdad. Cristina entonces como bandera de nuestros sueños debería ser la consigna que nos haga entender lo hermoso que fueron los años kirchneristas y lo horroroso que sería un mundo con Cristina asesinada.
Lee Más sobre Cristina Fernández en Entre Nos Social Info:
-CRISTINA FERNÁNDEZ: «Más que Fiscales parecen Trolls»
ENTRE NOS SOCIAL INFO- #Infocolectiva
IG: @juanpablosusel
JUAN P. SUSEL. Sociólogo (UBA). Profesor en Ciencias Sociales. Crítico de Cine. Autor de: Maradona en Roja y Negro (2021)