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HERNÁN CASCIARI, EL PROVOCADOR:

15 diciembre, 2023

Hacia Viernes Salvajes

«Yo no creo en la literatura», dijo Casciari y los usuarios de redes se le fueron a la yugular. Esta expresión la arrojó durante una entrevista en el programa Tres Estrellas, del canal de streaming Gelatina.

Casciari es un provocador, aunque lo que dice lo hace en serio, porque cree realmente en lo que dice. De hecho, como reacción a las críticas recibidas en la red X (antes llamada Twitter) posteó que ponía sus libros a mitad de precio mientras sigan insultándolo. Además de provocar, utiliza como en el aikido la fuerza del adversario y redobla el golpe.

Primero, estamos en democracia y él tiene el derecho a expresar lo que le venga en gana. Mas allá de eso no creo que haya que creer o descreer en la Literatura, o lo que él cree que es la Literatura. Afirma que hoy en día hay otros formatos en donde disfrutar de las historias. Es cierto pero la Literatura no es sólo eso. Fogwill decía que la Literatura no se trata de traficar historias sino de traficar modos de contar historias. Entonces Casciari entiende al dispositivo formal como algo prescindible. Entre otras expresiones dijo que la Literatura era una cosa de época. Esto va de la mano del discurso inverosímil y prejuicioso de quienes afirman que la Literatura muere lentamente.

Hernán Casciari con Pedro Rosemblat, en el programa streaming Gelatina donde captó la atención con su frase, «No creo en la Literatura».

Lo único que tengo para refutar eso es que basta con entrar a una librería cualquiera y observar en los escaparates la cantidad de editoriales y autores nuevos que surgen todo el tiempo. A eso hay que sumarle la asistencia récord a la Feria del Libro, y a las distintas y novedosas ferias que se llevan a cabo a lo largo del país, que va en permanente aumento. La industria no para de crecer, y aunque eso por sí solo pareciera no alcanzar, es evidente que la Literatura está lejos de estar convaleciente.

Segundo, algunas ideas de Casciari me resultan particularmente interesantes y otras muchas no. Siento que es un autor que se repitió demasiado a sí mismo, que le encontró la vuelta a eso de escribir una Literatura apta para no lectores y que transformó esas historias en algo más como obras de teatro, series o lectura de cuentos en lugares. Ha sabido venderse muy bien. Pero es cierto que nunca se tomó la Literatura muy en serio, de hecho, después de sufrir un infarto hace ya unos ocho años y ante la imposibilidad de fumar, no pudo volver a escribir más. Y quizás en esa imposibilidad es donde entiende que ya no cree en la literatura. ¿Cómo va a creer si ya no puede escribir?

Pero, más allá de su creencia, sus expresiones y de su naturaleza para provocar y facturar a partes iguales, planteó un buen debate sobre el estado de la Literatura hoy en día. Más allá de lo polémico es interesante lo que propone, aunque no haya que coincidir en su línea de pensamiento. Acá el único problema es que alguien caiga en su discurso por el sólo hecho que éste proviene de un escritor. Además, después en la nota cita a El Aleph, a lo que me pregunto entonces si no cree más, si la literatura dejó de ser algo en lo que creer: ¿cómo podría alguien entender esa referencia sin haber leído a Borges?

Hacia al final de la nota aclara que no está en contra de la lectura, lo que él sostiene es que hoy en día es más difícil perder unas horas sentado con un libro en la mano. Y un poco de razón tiene, aunque no creo que por eso sea necesario cuestionar la credibilidad en la Literatura. Es como decir que, si no llegáramos a encontrar tiempo para ir a la cancha, entonces ya no hay que creer en el fútbol.

De hecho, va de la mano con algo que escribió en el 2000 Martin Kohan en un texto llamado “Modelos de lector” (en respuesta a un ensayo de Umberto Eco llamado “El lector modelo”) en donde sostiene que “el lector tiene entonces que deshacerse de la realidad, y la lectura ya es menos un hacer que un deshacer”, porque la realidad es el mayor efecto de interrupción de la lectura. Pero acá, el autor de Ciencias Morales se vale de esta afirmación para configurar la importancia que tiene el lector hoy en día, porque “la lectura y la vida se desencuentran y divergen”. Idea que luego reforzó este año en el magnífico discurso de inauguración de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Y por último, otra cosa mínima y superficial, no es tan grave la cuestión como para insultar a Casciari. Recuerden que estuvo distraído en los últimos años en otros territorios por fuera de la Literatura. No es tan delicado lo que expresó. Además, no lo dijo el mismísimo Cesar Aira, tal vez el escritor vivo más prestigioso de nuestro país, lo dijo Casciari. Así que a no preocuparse y que haya tranquilidad, por favor.


Charly Longarini

Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.