Una probable sobreventa de entradas provocó una reacción desacertada de la policía que tuvo consecuencias graves, sucedió durante el partido que se disputaba ayer entre Gimnasia y Boca Juniors, en La Plata. Incidentes, que provocaron la suspensión del partido; solo llegaron a disputarse 9 minutos de partido.
Los hechos sucedieron cuando muchos hinchas y socios gimnasistas, con sus localidades en la mano, pretendieron entrar al estadio Carmelo Zerillo cuando sus instalaciones ya estaban colmadas. Entonces las autoridades empezaron a cerrar las puertas de acceso y esto provocó la desesperación de los aficionados que querían entrar porque habían pagado sus boletos, por lo que la policía empezó a contenerlos con postas de goma y gases lacrimógenos.
Esto se prolongó durante más de media hora y una niña aparentemente atacada por la policía provocó la reacción de los hinchas y socios que blandían sus carnets. Uno de ellos resultó herido con una bala de goma en el pómulo derecho, mientras que a un camarógrafo de TyC Sports le dispararon tres veces, indicaron desde el propio canal. Por los altavoces del estadio, anunciaban a los chicos que se perdían por el caos que se gestó afuera del estadio.
El cierre de las puertas de acceso se produjo a las 20.45, vale decir 45 minutos antes del comienzo de este encuentro clave en la lucha por el título de la Liga Profesional para ambos equipos.
Y cuando se produjo la represión policial los gases lacrimógenos ingresaron en forma de nube luminosa y blanca al campo de juego, atravesando la abigarrada multitud que inmediatamente empezó a sufrir las consecuencias de la humareda. Primero fueron los hinchas y luego los integrantes de los bancos de suplentes quienes comenzaron a cubrirse los rostros. Esto provocó que Hugo Ibarra, y Néstor «pipo» Gorosito, ambos entrenadores, del xeneize y el lobo respectivamente le pidieran a Hernán Mastrángelo que suspendiera el partido.
Los hinchas en las tribunas, al estar las puertas de salida cerradas, encontraron en el campo de juego la única vía de escape posible y cientos de ellos saltaron al césped desde los alambrados perimetrales.
En ese momento se pudo observar al capitán boquense, Marcos Rojo, identificado con su clásico rival, Estudiantes, tratando de ayudar a muchos hinchas «triperos» a refugiarse en el propio túnel de acceso a los vestuarios.
Lamentablemente, hubo que soportar una muerte más en el fútbol argentino, un hincha de Gimnasia de 57 años murió de un paro cardíaco, su nombre era Carlos «lolo» Regueiro, que estaba en el estadio, y tras los incidentes se infartó. lo trasladaron por servicio privado al Hospital San Martín, ingresando sin vida. Una pena, en un hecho que podría haber sido evitado por el propio accionar policial. Unas ocho personas fueron atendidas en diferentes hospitales de La Plata. El Ministerio de Salud bonaerense informó que los heridos presentaron heridas de bala de goma, golpes y uno de ellos una arritmia cardíaca.
Al margen de la sobreventa de entradas, y de la dirigencia, el maltrato hacia el hincha y los socios, es recurrente, en un fútbol argentino, sucedió en el viaje de los hinchas de Quilmes a Mendoza, en el partido por Copa Argentina. Un fútbol local, que ya no cuida a los espectadores, y que naturalizó a una generación, por lo menos a no poder ir a la cancha de visitante. Otro hecho triste hecho, esta vez en la Liga Profesional de Fútbol.
FOTOS: Agencia de Noticias Télam
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