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Golpe de Estado de 1930: La revolución cajetilla

6 septiembre, 2020

La Nueva (y derechosa) República

El contexto de finales de la década del 20, y principios del 30, está marcado por la caída del liberalismo económico, (pensemos en el crack bursátil de Wall Street en 1929), el derrumbe del comercio internacional. En la Argentina impacta en la caída del 35% del precio de los comoditties, junto al volumen de venta, que empeora la situación económica. También vale nombrar, el auge mundial de los movimientos autoritarios contra la democracia política. La Argentina era gobernada desde 1928, por la fórmula Hipólito Yrigoyen-Francisco Beiró (UCR), con el 62% de los votos, había vencido a una coalición de radicales antipersonalistas cuyo referente era Leopoldo Melo.

Lo que es para pensar de nuestro país, es que desde 1912 existía la Ley Saenz Peña, los presidentes tenían la legitimidad popular a partir del voto secreto y obligatorio. Como verán esto dura unos pocos años; se acusa a Yrigoyen de estimular el culto a su persona, y se ataca a sus votantes. Los seguidores de Don Hipólito, son la chusma, los incultos. Comienza un discurso que se repetirá durante la década infame que es la necesidad del voto calificado, que vote el ciudadano culto. Para la aristocracia la mayor parte del pueblo no podía votar, y si lo hacía elegía mal.

Este ambiente no es sólo político sino, político-cultural; es en 1927 que sale a la calle la revista, La Nueva República.

Acerca del contenido ideológico dice el historiador José Luis Romero, “Desde La Nueva República fundada en 1927, los jóvenes maurrasianos*, como los hermanos Rodolfo y Julio Irazusta o Ernesto Palacio, descargaban sus baterías contra el sufragio universal y la democracia oscura”. (Romero.L. Historia Contemporánea de la Argentina. Pág.60.)

Yrigoyen había mejorado el empleo público, los empleados estatales y ferroviarios fueron los primeros en tener caja jubilatoria, es decir poder jubilarse. Ante la caída económica mundial intentó un proyecto, para terminar con el negocio de las petroleras extranjeras, y mejorar la soberanía energética. En el primer gobierno (1916-1922), había forjado un contacto con llano con el pueblo, incluido los sectores medios. Los conservadores y la élite no aceptaron quedar fuera, una vez más del control estatal.

Construyendo al «demagogo Yrigoyen», la prensa de ayer, ¿y de hoy?.

Militares y Cajetillas

El pensamiento de la derecha avanza en las revistas, los diarios, comienza a construirse en los años 20´, y se cristalizará en la Argentina durante el segundo gobierno de Yrigoyen. El militar identificado con la cultura alemana, José Félix Uriburu, que concurría con su esposa a los festejos del cumpleaños de el Kaiser Guillermo II, inicia sus reuniones en los salones de la alta sociedad.

José Félix Uriburu, la derecha elitista y autoritaria al poder.

Acerca de la mirada que tenía la oposición al tercer gobierno radical, cuenta el historiador José Luis Romero, La derecha conservadora estaba por entonces volcada a impedir el retorno de Yrigoyen…” Y continúa, diciendo que en Yrigoyen, “veía encarnados los peores vicios de la democracia: ya lo presentaban como el agitador social, ya como el caudillo autoritario, ya simplemente como la expresión de una chusma tosca e incompetente”. (Romero, J.L.  Breve Historia Contemporánea de la Argentina. Pág.60).

Así mediante una fuerte campaña de desprestigio se gestará el golpe contra el gobierno de Don Hipólito. Son las clases altas de nuestro país, unido a un grupo de militares aristocráticos, que pergeñan el golpe. La Primera reunión se dió en la casa de Alfredo Uriburu-hijo del general-, en el barrio de la Recoleta. También el Jockey Club y el Círculo de Armas, fueron lugares frecuentados, para conspirar contra el ciclo democrático. De esta manera se inaugura una triste tendencia: las clases altas se vinculan al Ejército cuando el país no les sienta bien. Para que quede claro, acerca de la unión de estos grupos; se cuenta,

“Asimismo, vínculos familiares y amistosos acercaron al general (Aclaración del autor, el general es J. F. Uriburu), a las familias de los Patrón Costas y los Anchorena, así como a otros personajes adinerados del Círculo de armas” (Galasso. N. Historia de la Argentina. TII. Pág.195)

La Chusma Yrigoyenista

Las voces contrarias al gobierno del caudillo radical, se iban sumando, y complicaban más la situación. Los grupos universitarios, aquellos jóvenes de la FUBA, eran opositores, y en un futuro, lo serían del gobierno peronista. El Viernes 5 de Septiembre, la FUBA se movilizaba, estos, “Se juntaron en la esquina de Córdoba y Uriburu para protestar contra la política del gobierno intentaron avanzar al palacio municipal, los policías le cerraron el paso, hubo tumultos, tiros y detenidos” (Diario El Diario. 7/09/1930. Año XLIX. N° 15071. Pág.3)

El periodismo hace su parte, el diario de la derecha, La Fronda, con una firme avanzada golpista, comenta, «La tiranía enternece al señor Yrigoyen, sobre todo si es centroamericana, es decir manejada por negritos mediocres y enfermizos que son de su misma raza y su misma mentalidad…» (Diario la Fronda, 27/04/1929, en Pigna. F. Los Mitos de la Historia Argentina. Pág. 157).

Con el clima preparado, José F. Uriburu, y Agustín Justo– futuros protagonistas de la década infame- irrumpieron en la casa de gobierno, y pidieron ver al Presidente, ante la sorpresa del doctor Martínez. Mientras una turba destrozaba la humilde casa de Hipólito Yrigoyen, ubicada en calle Brasil, y este en el crucero Belgrano, era trasladado a la isla Martín García, los generales terminaban, aquello que se había gestado en la prensa y la opinión pública. El propósito del nuevo gobierno, comenzaba a gestarse «acabar con la chusma Yrigoyenista, y el furor de una democracia canallesca». La Corte Suprema de Justicia, el Lunes 8 de Septiembre, daba la anuencia, y declaraba «legal» al gobierno. El primer golpe contra la democracia popular estaba dado, un día después, la prensa decía,

El Diario Crítica,(7/09/30) y el lenguaje, «la revolución» era derrocar al gobierno popular del caudillo radical.

* Charles Maurras fue un escritor francés militante de la Liga de la Patria Francesa. Un sector de la derecha reaccionaria. Fue influyente en los intelectuales de la derecha argentina en la década de 1920. De ideas monárquicas-antidemocráticas-, elitistas-contra las masas- y de perfil antisemita.


Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, letras y política. Escritor, divulga la historia de nuestro país en Relatos del Sur Autor del libro “Escritores en Combate 1”