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1989: CAYÓ EL MURO DE BERLÍN

9 noviembre, 2022

I. De las barricadas al muro

Aquel 13 de Agosto cuando Berlín amaneció dividida por una barricada y alambres de púa, los alemanes no pensaron, que más tarde sería un muro que permanecería por casi tres décadas. Corría en aquel entonces 1961, el mundo aún no conocía ni a los Beatles, ni a los Stones, las señoritas no habían estrenado minifalda, ni los adolescentes ocupado las calles. En la Argentina gobernaba Arturo Frondizi, el radical intransigente, y Juan Domingo Perón estaba exiliado en Madrid.

El muro de hormigón armado contaba con algo más de 3, 5 mts de alto, y dividió el este del oeste. Además tuvo alrededor de 120 km de largo, para separar, República Federal Alemana, al oeste; de la República Democrática Alemana, la comunista, que abordaba Berlín Este. Dicho sector fue dominado por el bloque soviético, agudizando la guerra fría, aquel enfrentamiento de espionaje y no directo entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Recordemos que Alemania había quedado dividido, tras la segunda guerra mundial, el acontecimiento más cruento del siglo XX. Unas 200 personas murieron intentando escapar, y más de 150, fueron heridas. Se estima que existieron unas 5000 fugas para occidente, es por ello que el Muro contaba con unas 300 torres de vigilancia, y unos 30 búnkeres.

II. El muro y las ideas

El 9 de Noviembre de 1989, cayó jueves, y se produjo el hecho bisagra, del que se cumple el 33° aniversario. Un día como hoy cayó el Muro de Berlín, y este acontecimiento, simbólico y político, dió fin al mundo bipolar. Esto significó que Estados Unidos se erigiera como la potencia económica, política e ideológica indiscutida a nivel mundial. El triunfo del Capitalismo, y sus modos de pensar, sentir y de actuar, su formateo del sentido común del ciudadano medio, actuaría profundo en este giro de época. Y decimos con esto, que toda nueva época no lleva consigo sólo cambios en las condiciones materiales de vida, sino en lo simbólico, en las ideas.

«Y uno no sabe si reír o si llorar

viendo a Trotsky en Wall Street

fumar la pipa de la paz».

EL MURO DE BERLÍN. JOAQUÍN SABINA.

De esta manera comenzada la década del 90, se publicaría un libro, de un descendiente de japoneses nacido en Chicago, Francis Fukuyama. El politólogo diplomado en Universidad de Harvard, finalizó la historia. El Fin de la Historia y el último hombre. Así se llamó su obra publicada en los primeros meses de 1992.

III. ¿Qué significa el Fin de la historia?

La tesis de Fukuyama, es la siguiente, se acabó la historia como lucha de ideologías, ese mundo ha terminado, se acabó la historia de conflictos impulsada por Marx, y que dominó el teatro de operaciones a lo largo del siglo XX. Estamos frente a la consolidación de la caída de los grandes relatos, (leáse los istmos, en la Argentina será el peronismo). Por lo tanto quedó como único sistema posible el estado democrático liberal, a nivel político, y en lo económico, tras la derrota de los Estados Comunistas, el capitalismo.

Pink Floyd, presentando su disco The Wall en Berlín; Postdamer Platz. 21 de Julio de 1990.

La economía libre de mercado, un gobierno representativo, y el sostenimiento o mantenimiento de un sistema jurídico-las instituciones-, era el trípode fundamental de este sistema mundo. La libertad del individuo a ultranza- tal vez en la actualidad sus exégetas son los libertarios-, y la libertad en los mercados para comerciar con el mundo, (globalización), son también pilares de las ideas que circularían en los noventa menemistas, o fujimoristas, o colormelhistas, y que ya estaban impulsadas en la Chile pinochetista.

De esta manera América Latina, se subía al tren del Consenso de Washington y las reformas estructurales del Estado, que dan para otros artículos. Por los pagos del sur, se hablaba del «liberalismo la europea», como un liberalismo de consecuencias «bajas calorías», y que lo privado, era mejor que lo estatal, solamente por ser privado. (En estos tiempos de campaña, hay candidatos que lo expresan 30 años después, sin ponerse colorado).

9 de Noviembre de 1989, entonces se caía el Muro como símbolo de una época que ya estaba pintada en blanco y negro, el comunismo resultó complicado- diría Moris-, y en América Latina, quedó la solitaria Cuba, luchando contra los molinos de viento. ¿Alcanzó el estado democrático Alfonsinista para comer, curar y educar?. ¿Valió la pena nuestra inserción hiperliberal menemista al mundo de las grandes ligas?

En uno de sus grandes discos Mentiras Piadosas, Joaquín Sabina, escribió con buena pluma, desde el corazón y con menos intereses que Fukuyama,

«No habrá revolución,

se acabó la guerra fría,

se suicidó la ideología».

EL MURO DE BERLÍN. JOAQUÍN SABINA


Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, letras y política. Escritor, divulga la historia de nuestro país en Relatos del Sur Autor del libro “Escritores en Combate 1”