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EL AMOR DESPUÉS DEL AMOR

2 mayo, 2023

Fito Paez entró a mi vida a través de una canción que cantaba un profe de colonia para amenizar la espera allá por el verano de 1988 en Tanti, Córdoba. Por lo que recuerdo era «Giros».

Años después, otro verano en Córdoba también pero en Villa Giardino, y al entrar sonaba El Amor después del amor. Recuerdo patente estar bajando las escaleras del boliche y todo el mundo cantando esa canción como si estuvieras en una cancha.

El Amor Después del Amor fue el único disco con el que, mis amigos del secundario y yo, nos juntamos a escucharlo completo en su versión casete. No hubo otra vez, no hubo otro disco que nos haya convocado a todos.

Tumbas de la Gloria es quizás una de mis canciones favoritas de nuestro rock. Cada vez que la escucho vuelvo a las noches en que escuchaba el casete en casa de mis abuelos mientras ellos dormían.

Cuando la conocí a mi esposa, en las charlas donde nos íbamos conociendo, me contó que entre otros artistas le gustaba Fito Paez y nos prometimos algún día ir a verlo en vivo juntos, algo que hasta el momento no hemos podido cumplir.

En otras vacaciones en Córdoba (si, otra vez) en La Cumbre entramos a un bazar. En un momento me acerqué al mostrador a preguntar algo y a mi lado estaba él, el mismísimo Rodolfo Paez y su hijo. Me miró quizás esperando un saludo pero me paralicé. Me dí media vuelta y corrí a donde estaba mi esposa. Intenté contarle quien estaba pero las palabras no me salían, menos en voz baja.

Cuando pude decirle finalmente quien estaba a escasos metros muestro, primero no me creyó, pensó que le estaba haciendo una broma y después corrimos al mostrador. Ahí ya no había nadie y cuando salimos a la vereda, lo vimos que se iba caminando junto a su hijo perdiéndose por las calles de Valle de Punilla.

La serie de Netflix del que todos hablan, la vida de Fito Paéz, una historia cuya música atraviesa la vida de muchos de nosotros y nosotras.

Por todas estas cuestiones esperé tanto la serie El Amor después del Amor. No soy fan de Fito pero el tipo con sus canciones atravesó mi vida desde los once años. No soy fan de las biopics pero necesitaba saber algunos aspectos de la vida de este artista rosarino.

La serie está muy bien, siempre y cuando uno la analice como producto televisivo (aunque es de una plataforma de streaming audiovisual) y como hecho artístico. Seguramente tiene errores de fechas y detalles que se vieron modificado por el bien de la construcción narrativa. Me parece un error pedirle fidelidad a una biopic, a lo sumo debe cumplir con dos requisitos fundamentales: que sea verosímil y que no aburra. Y El Amor después del amor cumple con ambos objetivos satisfactoriamente porque cuenta una buena historia.

De algo que se habló mucho es de las caracterizaciones. Punto a favor de la serie es que cuando los artirstas vantan a capella lo hacen con su propia voz, no hay playback. Fito (Ivan Hochman) está bien logrado, pero quizás es el más flojo de todos en ese aspecto. En cambio Charly Garcia a cargo de Andy Chango realmente impresiona. Y Micaela Riera como Fabi Cantilo la rompe toda, por momentos me creí que era la verdadera Fabi. Y Julian Kartun haciendo de Spinetta me sorprendió, me gusto mucho el personaje que armó para la serie, hizo que ame aun más al Flaco. Y Joaquin Baglietto haciendo de su padre, impresionante. Otro que me sorprendió en su breve aparición es Federico Moura, interpretado por Dante Bruni.

La serie, también se mete con un hecho policial que toca a Fito Paez de cerca y que lo marca para siempre. El avance de la investigación de quien mató a su abuela y su tía abuela se va alternando con su progreso en la carrera como músico.

La música, protagonista necesaria y vital de esta historia. La banda de sonido de la serie tiene reflejada lo más representativo de la década del 80, con un repertorio de lo más variado. Todas esas canciones, ese puñado de bandas sólo hacen que uno se transporte a la época, que por cierto está bien logrado desde la dirección de arte.

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Y por último, en El Amor después del amor no podía faltar las dos historias de amor, con disculpas por la repetición. Desde hace 30 años que soñaba con ver en pantalla las historias que empujaron a la composición de ese puñado de canciones que me marcaron para siempre. Y como esos amores, el de antes y el de después, se transforman en un hecho artístico compacto e indisoluble. Ver a Fito componer el disco, que él sintiera en la previa que estaba ante algo diferente y como se dio todo para crear el álbum más vendido en la historia de nuestro rock, fue lo que esperé toda la vida, viví años para este momento. Por eso la serie, se metió en mi corazón para siempre.

Cuando terminé de leer la carta de despedida en el escenario en mi noche de graduación, sonaron los aplausos de mis compañeros, docentes y familiares. A continuación empezó a sonar en los parlantes «Brillante sobre el mic», canción que habíamos elegido para decir adiós a la secundaria. Nos abrazamos cantando a voz en cuello. La emoción nos ganó a todos y todas porque íntimamente sabíamos que ya no nos ibamos a ver igual que hasta entonces, y que la vida, esa gran incognita, nos esperaba allá afuera. Mientras nos pasaba todo eso, Fito cantaba «El tiempo es un efecto fugaz» y vaya que tenía razón.

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Charly Longarini

Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.