POR DIEGO JOY
En junio de 1978 andaba por los 7 años. Tenía un amigo que de fútbol nada, cero. Pero, como aún sigue pasando, afortunadamente, el Mundial de 1978 nos convocó a la gran mayoría. Encima éramos muy pibitos. Todo nos maravillaba.
Un día, después de algún partido que incluyó alguna hazaña del Pato, como casi todos en su carrera, mi amigo vino y me dijo “¿Viste Fillol? ¡Saltó por encima del POSTER!”. No recuerdo que le respondí. Pero si recuerdo que me reí un poco. Quiso decir poste y dijo poster, y en todo caso debió decir travesaño porque era evidente que se refería a eso, pensé. Además, evoqué luego, alguna vez, recordando la anécdota, si bien no me sorprendería que en aquellos tiempos el Pato hubiera podido saltar por encima del travesaño, ¿Para qué lo haría si la pelota se estaba yendo afuera?.
Fue en aquella noche del 6 de junio que en el segundo partido de la celeste y blanca, tras ganarle 2 a 1 a Hungría, se enfrentó a Francia en el Estadio Antonio Vespucio Liberti, el Monumental de Nuñez. Tras jugada de Kempes Leopoldo Jacinto Luque ganó la posición, disparó y Cristian López metió el brazo derecho. Sobre el final del primer tiempo, que el zaguero y capitán Daniel Passarella cambió el penal por gol.

Luque se luxó el hombro y no quiso salir, y a lo 16´de la segunda parte Lacombé quedó mano a mano con el Pato, y definió de emboquillada, nada más y nada menos que Michel Platini tomó el rebote debajo del arco y empató para los galos. Casi a la media hora de esta segunda mitad, Osvaldo Ardiles le pasó la pelota a Luque, este de media vuelta con un bombazo de derecha y a 25 metros la clavó al ángulo superior derecho de Desmanes para poner en ventaja a la Argentina.
Uno o dos minutos después sucedió una de las grandes voladas del campeonato de Ubaldo Matildo, un poco a la derecha del área, Didier Six que aún vive metió bombazo de zurda que se colaba en el ángulo superior izquierdo y fue Fillol que se estiró y con ambas manos salvó el empate.

Pero un día, tiempo después, comprendí mi error. Mi amigo había tenido una iluminación, una epifanía. Todos tuvimos y tenemos fotos de gente querida y admirada. Algunos pegamos esos retratos en nuestras paredes. Pero el Pato saltó por encima del POSTER. El Pato saltó al Olimpo de nuestros grandes héroes a fuerza de ser imbatible. ¿Acaso alguien piensa que una simple foto en la pared alcanzaría para hacer justicia con semejante arquero?
Postdata: Tuve la oportunidad de leerle parte de este texto al propio Ubaldo Matildo Fillol. Lo agradeció y me dijo que estaba seguro de que el recuerdo obedecía a una atajada frente a Francia, en el Monumental, un zurdazo impresionante (Dominique Rocheteau) que se colaba en un ángulo. Y que había una foto. La que acompaña esta nota. De las más hermosas fotos que haya de una atajada.