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De la gloria al sufrimiento: un viaje de 9 minutos

20 junio, 2020

Luego del bálsamo que significo la victoria ante la Unión Soviética, la Selección Argentina debía enfrentar su último compromiso de la fase de grupos: Rumania; había sorprendido a los europeos en el primer partido y caído ante Camerún en el segundo encuentro – verdugo del Campeón del Mundo en el partido inaugural – tenia las mismas necesidades de triunfo que los muchachos de Bilardo. El empate final significo un enorme interrogante para argentinos y rumanos, que debían enfrentar en octavos a disímiles rivales.

Tras el del sofocón inicial contra los camerunenses, la Argentina necesitaba imperiosamente alcanzar las mieles del triunfo antes un equipo que había comenzado peor: la Unión Soviética, contra todos los pronósticos y de manera aun mas contundente, había caído derrotada por dos goles ante Rumania, que la había superado mucho mas ampliamente en el plano conceptual del juego que en lo logrado en el score. Del otro lado, la Argentina, que había caído ante el equipo africano por la mínima, en una expresión futbolística bastante mas lejana de la esperada que de la posible. En ese sentido, el equipo de Bilardo llegaba con una ventaja: solo había recibido un gol contra los dos que había cosechado en contra el equipo soviético.

Ese segundo partido entre la Argentina y la Unión Soviética no fue tanto mejor que lo que se vio en el debut de cada uno sino, más bien, una profundización de los problemas de unos y otros, con una nueva ventaja para la albiceleste: Claudio Caniggia, relegado en el partido inagural al banco de los suplentes, fue de la partida desde temprano, lo mismo que el Vasco Olarticoechea. Estos dos nombres fueron garantía suficiente de superioridad sobre una desconocida selección soviética, que muy lejos estaba de la potencia que se había mostrado cuatro años antes en Mexico. Troglio, Burruchaga, 2 a 0 y a esperar.

Rumania, el rival de la Argentina en el ultimo partido, había debutado con victoria ante las URSS y caído sin atenuantes ante el sorprendente Camerun de Valeri Nepomniachtchi por 2 a 1, lo que le daba al equipo rumano la ventaja de acomodarse mejor con un empate, en caso de no poder ganar.

Para el encuentro definitorio del Grupo B, Carlos Bilardo decidió un cambio obligado, el de Goycochea por el lesionado e irrecuperable Pumpido. El resto del equipo, el mismo del triunfo ante la URSS. Equipo que gana, no se toca.

El trámite del partido fue lo suficientemente anodino en el primer tiempo como para no recordar demasiados detalles. Ni siquiera el Vasco Goycochea fue exigido de manera que se pueda agitar el parche de la memoria. A los 16 del Segundo tiempo, de tanto insitir, llego el gol argentino: un centro de Diego desde el corner derecho, teledirigido a la testa de Pedro Damián Monzón – cabezazo que desvía la pelota al segundo palo del longilíneo Silviu Lung –. Así la selección concreta el ansiado gol que comenzaba a sellar la clasificación.

El gol de la clasificación a octavos de Pedro Monzón, fue el 18 de Junio de 1990. En la actualidad es el entrenador del club Argentino de Quilmes.

Pero, 9 minutos después, volvió el terror al bunker argento: una pelota cruzada desde la derecha, Goyco que empezaba a dar argumentos para desconfiar de sus facultades para descolgar centros y, tras una serie de rebotes, un cabezazo de Balint al arco vacío ponía una cuota de suspenso en el San Paolo napolitano. Esto, no solo por el rendimiento del equipo argentino que era cada vez mas deficitario sino por la andanada de goles de la URSS, que quedo clavada en 4 a 0 sobre Camerún – clasificado en primer lugar -.

Los octavos de final se transformaban, a la luz del rendimiento, en un suplicio de 6 dias y 80 minutos: Brasil esperaba al Campeón del Mundo en el Delle Alpi turines. Solo el rezo de millones podría, lo que parecía imposible.

Martín-Ripari

Martín Ripari. Periodista y Relator de Fútbol. Trabaja en «Relatores: El Fútbol Va con Vos». Conductor de Boca para todo el Mundo. Canal WEB. Aire de Fiesta. Somos Radio. Am 530.

Lo encontrás además en la WEB: LA PATRIA FUTBOLERA y BOCA PARA TODO EL MUNDO

IG: @martinripariok