Por Charly Longarini
“Diego hoy ya no es una persona. Pero ni siquiera es una marca. Diego hoy es una idea, es una ilusión… y nadie sabe mejor que yo cómo venderle esa ilusión a la gente”, así arranca la serie «Coppola, el representante». El manager de Maradona es tan rico en matices que no alcanzaba con una película, pues necesitaba (y merecía) una serie.
Desde que supe que la estaban produciendo me atrajo la idea, ya que Coppola siempre me pareció un personaje fascinante. Gran narrador de un compendio de anécdotas divertidas y devoto amigo de Diego. La serie está sostenida en tres ejes: episodios autoconclusivos en donde el manager debe poner a prueba su talento negociador para resolver un conflicto sobre algún momento de su vida y su relación con Diego, la época está recreada con material de archivo real y apócrifo al mismo tiempo, y Diego no aparece, es un fuera de campo permanente, lo escuchamos, lo sentimos pero no está.
Las referencias a la cultura popular de los 80s y 90s están puestas al servicio de la narrativa de la serie para terminar de componer al personaje que fue -y es- Giillermo Coppola. La caracterización de Juan Minujin, actor del que ya no puede agregarse nada sobre su enorme talento, va más allá de la mera imitación. El actor se mete debajo de las sábanas del personaje para interpretar no sólo al representante de Maradona, sino que compone la totalidad de un tipo mujeriego, figura de la noche y encantador de serpientes.
Y como si todo esto fuera poco, la serie es una manera lateral de contar a Diego, el gran amor de su vida, como lo afirmó en el documental La hija de Dios. La dirección está en las manos de Ariel Winograd, un experto en el arte de la comedia. Y los guiones corren por cuenta de Mariano Cohn y Gaston Duprat.
Los mencionados Cohn y Duprat son de las mejores duplas narrativas de ficción audiovisual de nuestro país junto a Emanuel Diez. Alguien alguna vez dijo que «las anécdotas deben ser buenas, si son verdad, mejor». De «Coppola, el representante» sabemos que algunas cosas son verdad, pero sin dudas la serie es una gran anécdota pero de las que son buenas.
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Charly Longarini
Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.