30 años. Número redondo, y un mundial que si rondás lo 40, o estás cerca de esa edad recuerdá como el primero que vivieron con absoluta pasión. Como los primeros goles en el potrero, o los inaugurales besos en boliches que ya no existen. Tal vez con imágenes de México 86´en la retina, pero este de Italia genera la nostalgia de esa mezcla de pasión, nervios y ansiedad que nunca más vivimos antes de un partido. La Argentina campeona pisaba suelo italiano, habiendo perdido por última vez en un mundial, el 2 de Julio de 1982, con Brasil por 3 a 1, quedando afuera de aquella competencia en tierra española. El rival del partido inaugural era un ignoto equipo africano, cuando al fútbol «en mayúsculas» aún no habían llegado los jugadores y las selecciones del continente donde nada más, y nada menos surgió la humanidad, según la ciencia antropológica.
Un equipo con experiencia, pero con jugadores grandes en su mayoria, y varios lesionados, con la decisión de Carlos Salvador Bilardo de dejar afuera de la lista a un goleador que brillaba en el Mónaco de Francia, Ramón Díaz. Un año después volvería a River para campeonar y ser el máximo anotador.
A las 16.00 horas en el Giusseppe Meazza, de Milán pitó el árbitro francés Michel Bautrot, y comenzó a rodar la pelota. Argentina formó con Nery Pumpido; Néstor Fabbri, Néstor Lorenzo, Juán Simón, Norberto Sensini y Oscar Ruggeri; Sergio Batista, José Basualdo, Jorge Burruchaga, Diego Maradona y Abel Balbo. Dirigidos por Carlos Salvador Bilardo.
Camerún salio a la cancha con, Thomas Nkono, Benjamín Massing, Betín Ebwelle, Emanuel Kundé y Stephen Tataw; Victor Ndip, Andre Kana-Biyik, Emile Mbouh, Louis Mfede; Francois Oman-Biyik y Cirille Makanaky. DT: Valery Nepomniacki.
En un partido mal jugado Camerún primereó con un centro de Makanaky, para Omán Biyik, quien cabeceó con poca dirección, pero se le escurrió a Pumpido, a los 22 del segundo tiempo. El juego físico, y brusco de los africanos no permitió claridad a una selección con pocas ideas. Camerún terminó con 9 hombres, expulsados Kana Biyik y Massing-aquel cruce a Claudio Paul Cannigia que lo hizo volar por los aires y lo dejó sin un botín- y finalmente se llevó los 3 puntos. En el grupo B, junto a Rumania y la Unión Soviética.
Mientras perdíamos la primera vez en nuestra historia con Camerún, en la Argentina, la inflación era tan común como el fútbol. En 1989 la hiperinflación tocó techo el mes de Julio de aquel año, con un 200%, y 3079% fue el acumulado actual. Ya gobernaba el hombre de Anillaco, Carlos Saúl Menem. En 1990 la inflación alcanzaría el 2300%, aproximadamente. Como cantaba el flaco Spinetta en Resumen Porteño, en el invierno inflacionario, se jugaba el mundial. Argentina una vez más, buscaba darle una alegría a las penas, que eran de nosotros.
Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, literatura y política. Columnista Revista Kranear. Autor del libro Escritores en Combate 1.