Saltar al contenido

WALTER VARGAS: UN LIBRO CON EL PODER DE UNA TROMPADA

13 noviembre, 2022

Conocí a Walter Vargas a mediados de la década del 90 cuando era comentarista de competencia, el programa de radio de Víctor Hugo Morales que entre tantas cosas fue parte de la banda de sonido de mi adolescencia allá hacia finales del siglo XX. Luego de diez años de menemismo conseguir un trabajo para un adolescente que recién terminaba el colegio secundario era prácticamente una utopía.

Por esa época empecé a estudiar Sociología en la UBA y mientras viajaba a la facultad escuchaba en mi radio portátil la tira diaria de Víctor Hugo y su equipo. Ahí brillaban además de Vargas, el chavo Fux, Guillermo Salatino y Alejandro Apo entre otros. En esa época para mi Vargas era un comentarista y analista de futbol muy destacado. Los domingos me tiraba en la cama después de comer y ahí escuchaba los relatos de Víctor Hugo, el turco Wehbe y José Gabriel Carbajal. Cerrando los ojos imaginaba lo que a la noche vería de modo compacto y reducido.

Con el correr de los años tengo para mí que disfrutaba más de las palabras que de las imágenes. Escuchar futbol por radio era una experiencia que los jóvenes de hoy no logran dimensionar. Esas tardes significan para mi el triunfo de la imaginación por sobre el de cruda y muchas veces cruel realidad. Decía que en esa época Walter Vargas era para mí uno de los grandes comentaristas de futbol de un país lleno de comentaristas de futbol. También era uno de los colaboradores de Víctor Hugo, el más grande relator de futbol de habla hispano de la historia.

Años después me entere que Walter también era una de las plumas más brillantes de Ole, el diario deportivo de nuestro país. Sus crónicas breves y contundentes eran la mezcla perfecta de observación y opinión y al día de hoy son en ese formato lo mejor que leí en mi vida. Por ese tiempo todavía no sabía que además de eso Vargas era un escritor con todas las de ley y que tenía en su haber varios de los mejores libros sobre futbol y aledaños que se han escrito en el país.

El primer libro suyo con el que me tope de casualidad en una feria de libros viejos en Parque Patricios fue “periodistas deportivos” donde Vargas combina una serie de comentarios críticos acerca de lo que representa el oficio de periodista deportivo con un profundo amor por su profesión. Luego me encontré con “Cambios de Frente” y luego con “Futbol en la era de la peste”. Ambos libros combinan en partes justas el amor por el juego y su mirada apasionada sobre una serie de equipos y jugadores. Vargas da cuenta a lo largo de su obra de una subjetividad pasional que a siempre da lugar al debate y a la posibilidad del disenso futbolero.

Esos libros junto a su rol de notable comentarista hacen que Walter ocupe un lugar predominante en mi vida de futbolero y también en mi biblioteca. Entonces cuando pensé que mi historia con los libros de Vargas ya no podría sorprenderme llego a mis manos “El túnel del Centenario”.

En este libro el autor revive o hace suya la técnica del aguafuerte que en este país tiene referentes notables como son Roberto Arlt y Jorge Asis. Mediante una serie de relatos breves y concisos Vargas retrata a figuras icónicas del deporte y aledaños entre los que se destacan el mariscal Roberto Perfumo, Rene Houseman, Jose Omar Pastoriza, Juan Manuel Fangio, Dominga Bonavena, el turco Asís, el negro Fontanarrosa y Víctor Hugo Morales entre otros.

Walter Vargas, Periodismo y Literatura. Comentó en Radio Continental para Víctor Hugo Morales.

Los relatos fluyen desde las crónicas melancólicas en donde se destacan las de Perfumo, Fontanarrosa y particularmente la de Dominga, la mama de Ringo Bonavena pasando por un relato muy incómodo sobre la mirada que Juan Manuel Fangio tenía sobre la apropiación de bebes en la última dictadura cívico militar. El libro también le dedica un texto al turco Asís en donde Vargas se distancia de la mirada machista del autor de “Flores robadas en los jardines de Quilmes”. El libro como todos los libros de Walter es hermoso y se te queda impregnado. El tipo de libro que permite que uno pueda situar su vida en relación a la lectura. A mi “el túnel del centenario” me encontró leyéndolo un domingo nublado mientras Vero y los nenes daban vueltas a mi alrededor.

Justo estaba en el balcón con un mate cuando me topé con el que para mí es el mejor relato de un libro perfecto. Me refiero a la crónica que Vargas hace de Víctor Hugo Morales. En pleno mundial 98 el narrador describe sus nervios ante su debut como comentarista en un mundial. Argentina dirigida por Daniel Alberto Pasarella se enfrentaba a Japón en su debut en la copa del mundo de Francia 98 y Walter por primera vez comentaría un partido de futbol junto a Víctor Hugo.

El problema radicaba es que en contraste con el resto del equipo de Competencia Víctor Hugo estaba más preocupado por hablar de Opera o de comida que por el partido en sí mismo. VH llego a dormir una siesta en el entretiempo del partido para estar descansado a la hora de relatar el segundo tiempo. Con ese relato Vargas logro lo que todo narrador intenta hacer a lo largo de su obra. Transportar al que lee a un tiempo y lugar diferente al que se encuentra. En este caso yo pude gracias a la lectura volver el tiempo 24 años atrás. De repente era otra vez un adolescente en busca de su destino buscando que hacer con su vida en plena decadencia menemista.

En «El túnel del centenario” Walter Vargas logro lo que cualquier escritor estimo busca a lo largo de su vida. Escribir un libro que tiene el poder de una trompada y la ternura de un abrazo que aspire a saber abrazarnos.

ENTRE NOS SOCIAL INFO- #Infocolectiva

IG: @juanpablosusel

JUAN P. SUSEL. Sociólogo (UBA). Profesor en Ciencias Sociales. Crítico de Cine. Autor de: Maradona en Roja y Negro (2021)