El puntapié inicial había sido en el Festival de La Falda, en aquel año de la Guerra de Malvinas, del fracaso en el Mundial de Fútbol en España, en la derrota con Brasil, y en el punto final que la sociedad y parte de la política le ponía a la brutalidad de las fuerzas armadas. Sangre, represión y deuda externa. Se terminaba la dictadura militar.
En Còrdoba se presentaba la banda, con Juan Carlos Baglietto en voz y guitarra, el dulce acompañamiento en coros de Silvina Garré y en guitarra eléctrica Rubén Goldin, Sergio Sainz en bajo, con 20 años Fito Paéz en teclados y arreglos, y Luis Cerávolo en batería reemplazado por Marcos Pusineri- (ex Sueter, y Trigémino). La banda de rosario fue un éxito rotundo y recaló finalmente en Buenos Aires.
7 años de la Argentina verdeoliva, la guerra de Malvinas, la decadencia en que se vivía, 40 años después podemos ponerle el mismo título a la realidad sociopolítica y económica del país, Tiempos Difíciles. Así se llamó el disco-término que ya denota la edad del que escribe- que presentó en sociedad a una bohemia que recalaba en la ciudad-puerto, para probar su talento. Oriundos de Rosario, Silvina Garré, Juan Carlos Baglietto, Fito Paez, Adrián Abonizio, Rubén Goldin, y Jorge Fandermole, después se sumaría Fabián Gallardo.
El primer track del disco es Mirta, de Regreso, se abre una puerta, y luego se cierra, el ruido es metálico, unos pasos se escuchan, y se van esfumando, mientras un riff de guitarra y la batería emergen El protagonista sale de la cárcel, ¿quién será?, ¿un ladrón, un sobreviviente de la dictadura, un preso político? Ese alguien le anuncia a su mujer, Mirta «ya sabés de los tres años a la sombra..»
Sin embargo aquel Baglietto decía en una de las entrevistas que el g.rupo se proponía «contar historias, las cosas que nos pasan, sin hacer un panfleto». Fito agregaba que «queremos hacer música popular argentina de calidad, con todo lo que eso implica». Y vaya si lo lograron. Aquel disco que tenía en la tapa a Baglietto sentado y un nene a su lado, como el afiche de la película de Charles Chaplin, El Chico, (The Kid), de 1921, que cerraba con La vida es una moneda, que era la canción décima, de un poco más de 43 minutos de música.
Un disco cargado con una atmósfera representada por el quiebre social, la muerte rondaba aún las calles porteñas, «se va acabar, se va acabar, esa costumbre de matar», se gritaba en cada marcha. Era en abril, una de las más tristes de nuestro cancionero nativo. Puñal tras Puñal, «vos lejos, muy cerca, yo sangre en las manos. Todo por nada no es una apuesta», «Cada culpable se siente inocente, asesina y después se arrepiente«. Dice esta canción de clima trágico y aire tanguero compuesta por Fito y Baglietto. Tiempos de bajón económico, de una deuda externa que Alfonsín iba a tener que afrontar, impagable por cierto- pergeñada por Martínez de Hoz y sus muchachos.
Sin embargo, la voz de Baglietto, la carrera solista que iba a construir Silvina Garré, ni hablar lo de Fito Paéz, Adrián Abonizio, y su canción de mediados del 80, El Témpano, Goldín y Fandermole, todos aportaron ante el horror que se terminaba una bocanada de aire fresco. Era abrir las ventanas del país y que corriera ese aire viciado dentro del tenebroso cuarto con 30.000 desaparecidos, y la justa causa, aunque fallida, Malvinas como manotazo de ahogado.
Bajo el sello Emi Odeón, en mayo del 82, ganó la calle Tiempos Difíciles, y por suerte la trova rosarina, empezó a girar, una de las manifestaciones, de las tantas que surgirían en la primavera alfonsinista, en aquellos primeros años de libertad. De libertad, pero con memoria, porque como se dice en Puñal tras Puñal; La respuesta es sencilla, pero olvidar es matarse de a poco.
En Marzo en Rosario se agotaron las entradas en el Anfiteatro del Parque Urquiza; la Trova desembarcará este sábado, en Buenos Aires, y seguro agotarán tickets. Merecido lo tienen, ya que sus canciones ayudaron a vivir, porque más allá del terror y estos nuevos tiempos difíciles. Sólo se trata de vivir, esa es la historia.
Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, letras y política. Columnista Revista Kranear. Autor del libro Escritores en Combate 1.