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LOS BABA: Y las canciones que todavía arden en la memoria

24 junio, 2022

HACIA VIERNES SALVAJES

Pocas cosas se meten dentro de la memoria como las canciones. Basta escuchar tan sólo una melodía para viajar hasta un momento preciso de la vida. Algo similar pasa con los perfumes. Música y olores son la verdadera máquina del tiempo. Si tengo que pensar en una canción que me lleve a un momento feliz de mi vida, es Los Calientes de Babasónicos. Tercer corte de difusión del mítico disco Jessico.

¿Por qué?

Porque es el link, que más siento entre música y recuerdos. La canción sonaba cuando conocí a mi esposa, fue muy popular en aquella etapa intensa de enamoramiento donde la sensibilidad está ahí afuera sobrevolando la piel. Y que un tema, como Los Calientes, acompañe ese proceso amoroso es muy fuerte. Fue muy fuerte.

Un tipo con voz nasal pero dulce y armónica entona un estribillo que aviva el fuego con un «comanse a besos esta noche, total nadie lo va a notar». Invita a bailar y a cantar a voz en cuello. Es una oda al placer y al desenfreno. Armada con un ritmo corto y estable, un remolino de sintetizadores que te va abrazando y conteniendo, unas guitarras que se trepan a una danza interminable y un coro de sirenas que vienen del futuro a susurrarte belleza.

Jessico salió en 2001, en una Argentina que se caía por todos lados. La devaluación y el corralito imponían su propia música a fuerza de cacerolazos. La banda, que llegaba a su sexto disco, descartó toda la década de los noventa con toda su estética barrial, marginal y devota del aguante. Fue más allá de todo eso, incluso.

En tan solo un disco, alcanzaron la conjunción perfecta entre producción y resultado. Jessico, además de ser considerado por la crítica como el mejor disco del año, y además de romperla en ventas, fue el primer disco de manufactura independiente para la banda. No tan sólo esto, también sentó las bases de sus próximos discos, basado en su largo recorrido en la experimentación. Y como si esto fuera poco, marcó el sonido de la década que recién comenzaba.

«El loco» y «Rubí» fueron los primeros temas que rotaron por las radios y los canales de música.

El disco salió y no había casi donde venderlo. Las grandes cadenas de ventas habían colapsado, recurrieron a las cuevas y hasta una importante red de ventas de cosméticos a domicilio para poder cubrir la alta demanda que existía sobre el disco.

En 2002, llegó «Delectrico» y «Los Calientes». El disco ardía en todos los ámbitos. Los Baba habían llegado por fin a la masividad.

Pero quisiera detenerme en la mitad de ese año. Los Calientes sonaba en la radio y yo sólo pensaba en comer a besos a quien hoy es mi esposa. Sé que su ritmo dista mucho de ser una balada, pero para mí es la melodía del enamoramiento más sincero y duradero que pueda existir sobre la faz de la tierra, la canción más romántica de todos los tiempos. Y eso hizo también que me enamorara de la canción, del disco y posteriormente de la banda.

Vivir una historia de amor en aquellos años fue poder abstraerse de la realidad, encerrarse en una burbuja platónica y que nada más importe. El amor, el deseo, el placer y la intimidad era entre dos, y uno hacía lo que sentía, justamente porque total nadie lo iba a notar.

Por eso, dejen los mambos a un lado, pongan en Spotify o en YouTube Los Calientes bien al palo, y cómanse a besos esta noche, hoy es tiempo y este es lugar.


Charly Longarini

Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.



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