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HACIA VIERNES SALVAJES

22 octubre, 2021

HAEDO. 18.05

¡Corten! ¡Corten!

Una mujer cierra la puerta y sale de su casa. De su brazo cuelga una bolsa de compras vacía y camina hacia la esquina pensando en que va a cocinar para la cena. Cuando está por cruzar la calle, ve que en la vereda de enfrente dos tipos con caras deformes atacan a un muchacho. La víctima grita. La mujer se asusta y cruza la calle apurada. Cuando llega a la vereda de enfrente escucha que alguien grita: «¡corten!». De inmediato aparecen otros dos muchachos, flacos y desgarbados; uno de ellos porta una cámara VHS, el otro una planilla. Todos aplauden y ríen. La mujer se va insultando por lo bajo. No sabe que esos jóvenes están filmando la primera película de zombies made in Argentina.

Escuela de dirección

Allá por el 99 me anoté en la carrera de Dirección en una escuela de cine, porque eso era lo que más quería en el mundo. Fue un año alucinante donde conocí gente alucinante. Entre ellos a Paulo Soria, integrante de Farsa Producciones y uno de los responsables de Plaga Zombie, la saga de películas de terror argentina. Bastó escucharlo hablar con tanta pasión del proyecto, que quise ver la película con urgencia. Él me prestó un VHS y un viernes por la noche la vi mientras la acompañaba con Mantecol y Coca Cola. Y debo decir que me sorprendió gratamente. No me esperaba una película amateur de esa calidad. No estaba preparado para eso.

Era obvio que amaban el género de terror, porque en la película volcaban todas sus influencias y homenajeaban a realizadores como Sam Raimi, George Romero, Peter Jackson y John Carpenter, entre otros.

Pablo Parés y Hernán Sáez, directores y guionistas de Plaga Zombie (junto a Berta Muñiz), que se conocían del jardín de infantes, siempre fueron tipos inquietos y creativos. Se la pasaban dibujando y armando guiones para divertir a los demás. Resulta que Pablo se ganó un ciclomotor en una rifa de su escuela y decidió venderlo para poder comprarse una cámara y así empezar a filmar cortometrajes que exhibían ante amigos. Cuenta la leyenda que la cámara era tan pesada, que se les iban los encuadres, ya que ellos eran demasiado chicos y les costaba sostener la cámara. De esas pequeñas producciones, surgió el corto “Bienvenidos a la Tierra”, que luego mutó a Plaga Zombie.

Plaga Zombie

Con ropa prestada, colorantes para tortas y con algunos efectos especiales precarios, pero totalmente eficientes, empezaron la filmación. Lo loco de esto, es que lo iban filmando en forma cronológica y editaban en cámara. Así como lo leen. Imaginen que si la toma no salía, debían retroceder la cinta VHS exactamente donde había terminado el plano anterior y volver a grabar. Obviamente era un trabajo titánico, pero sólo sostenido por la pasión de hacer lo que más les gustaba. Así como había adolescentes que se juntaban a jugar al fútbol en una canchita, ellos los sábados por la tarde, se juntaban a filmar. Fue así que cuando llegaron a tener cuarenta minutos de cinta ya editada, descubrieron que si superaban los sesenta minutos, ya podrían tener un largometraje en sus manos. Ese fue el fetiche, llegar a tener una caja con un VHS de Plaga Zombie. Ese era su objetivo pero no su techo.

La mayoría de los integrantes de Farsa se conocían de la Escuela Argentina del Oeste, donde cursaban sus estudios secundarios en distintos niveles, ya que todos eran de diferente edad. Los escenarios fueron principalmente la casa de Pablo, la escena final se filmó en los alrededores de la casa de Hernán, y los pocos exteriores que tiene esta ópera prima se realizaron en las calles Murias y en Colombres, barrio de Haedo.

Entre colorantes, ropa prestada y un presupuesto austero

Las ropas que usaban las iban incluyendo a medida que las conseguían. Alguien les contó que podían usar como maquillaje el colorante para tortas ya que no eran tóxico, era lavable y permitía que se pudiera usar en la boca para colorear la baba. A cada zombie le asignaron colores distintivos y eso provocaba que se los identificara mas fácil. Algo totalmente original dentro del género de los muertos vivos.

Para los últimos retoques en la edición, y sobre todo la secuencia de títulos, necesitaron conectar la cámara a una computadora. Y así, una tarde, terminaron la primera película de sus vidas y la primera de Farsa. Ahora se venia el desafió de exhibirla mas allá de los amigos. Al tiempo de haberla terminado, se enteraron que en Rosario llearon adelante una proyección sin que ellos se enteraran. Luego, en una calle cortada, junto a un recital de la banda local Árbol, realizaron su primera exhibición orquestada por ellos. Al poco tiempo, proyectaron la película en un bar muy importante de Haedo, que se encuentra frente a la estación. No conforme con eso, también dejaron copias en un videoclub en Palermo, llamado Blackjack, para su renta o venta, y al parecer le iba bastante bien.

Con la película dieron la vuelta al mundo, desde el lugar de donde les pedían ver la película, les hacían llegar una copia. Así rezaba su sinopsis: “Mike Taylor es secuestrado por un ovni en la azotea de la casa de su amigo Bill Johnson. Horas después, Mike regresa, pero algo en él ha cambiado. Poco a poco, su cuerpo comienza a mutar convirtiéndose en un zombie sediento de sangre. Ahora Bill tendrá que enfrentarse con su mejor amigo… ¡y con otros cientos de zombies infectados sedientos de sangre!”.

Según la Wikipedia dicen que la película costó $600, la mitad para maquillaje y la otra mitad para los costos de la cámara. Plaga Zombie tal vez no asuste demasiado, aunque algunas escenas pueden impresionar o tensionar, provocado por el pulso narrativo que llevaron adelante sus directores y la música de Pablo Vostrouski. Tal vez no de miedo, pero es adictivamente divertida. Por momentos sentí lo mismo que cuando vi Re-Animator, de Stuart Gordon, me reí pero también me impresioné. Se puede ver en YouTube, está editada en DVD y dura apenas 72 minutos inolvidables. Plaga Zombie, además de ser una divertida película de terror, es una hermosa carta de amor al cine de género.


Charly Longarini

Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.