¿Cómo contar un mito?. ¿Cómo asomarse a un acontecimiento que parece sagrado?. Las pregunta nos acechan mientras cae la tarde de un domingo 22, el día que hace 212 años, se produjo el Cabildo Abierto.
Acercarnos al pasado también es un riesgo, como en nuestras propias historias personales o familiares, tal vez cuando éramos chicos no quisieron o no supieron explicarnos la complejidad entonces eligieron contar las cosas de manera simplona.
El pueblo quiere saber
22 de Mayo, la Plaza de la Victoria, apodada así por el triunfo en las invasiones inglesas, está llena. El pueblo quiere saber. ¿Pero que quiere saber?.
En la tarde-noche del 18 de mayo cae una lluvia fina y persistente sobre el empedrado de la calle Defensa, llamada así por la heroica defensa de los porteños contra el máximo imperio de los mares: Inglaterra. El coronel Cornelio Saavedra y el abogado Juan José Castelli apuran el paso junto a una muchachada de exaltados. Las autoridades lo reciben, y usted que piensa. Hablan de manera amena y los españoles resignan los recursos económicos y sus cargos políticos, y renuncian. ¿lo imagina?.
En realidad no, los patriotas no le pedirán amablemente un Cabildo Abierto al Virrey. A punta de trabuco, y junto a un grupo de hombres que insultan al Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, se lo exigirán. Así entre Martín Rodríguez, se gritará, Cabildo abierto o Muerte!!.
El Virrey desesperado junto a las autoridades coloniales pergeñan una parodia, invitar a 451 vecinos. Estos vecinos «son la gente decente«, que figura como ciudadanos inscriptos en el Cabildo, por lo tanto pueden participar. Saben los españoles, que votarán en su mayoría por un gobierno que no le de protagonismo a los criollos.
En las pulperías, los criollos juntan bronca contra los españoles que gozan de los cargos públicos, el prestigio del dinero, y tienen ventaja con las mujeres. Las familias de la aristocracia prefieren que sus hijas se comprometan con españoles porque tienen un mejor pasar económico.
La Rosca
Retomando aquel 22 de mayo es el cabildo abierto, y la muchachada de la campaña,-alrededor de 100 personas- está a las órdenes de dos agitadores Domingo French, y Antonio Luis Berutti. Ellos no repartían amablemente escarapelas, sí una cinta roja, para identificar a aquellos que fueran parte de la revolución. Se hacen llamar los infernales, y entrarán al Cabildo a los tiros si la votación no se resuelve a su favor. Esa mañana acuden 600 personas, a la Plaza de Mayo, sobre una población total de 40.000 habitantes en Buenos Aires. Los infernales no dudan en hacer piquetes, y recurrir a la violencia, en las adyacencias al Cabildo, impidiendo la llegada de los hombres que votarán por la Corona Española. Así de los 451 vecinos, sólo llegan al Cabildo 250 de ellos. En el interior del recinto, se produce la discusión del obispo Benito Lué y Riega, y el gran orador, Juan José Castelli. Castelli marca que si el Rey está preso (a manos de Napoleón, España invadida por Francia), si no hay Rey español la soberanía retorna al pueblo, y son los criollos que deben decidir como y quienes gobiernan.
Los españoles lograron su cometido, cambiar para que nadie cambie. Ganar tiempo esperando buenas noticias de la península. Existe una Junta que no fue, que se establece el 24 a la tarde, un comerciante, Juan Incháurreugui, el clérigo, Juan Nepomuceno Sola, Juan J. Castelli, abogado, Cornelio Saavedra, militar, y Presidente Baltasar Hidalgo de Cisneros. La noticia desconcierta a los criollos, Saavedra duda, aunque no lo convence que el Regimiento Patricios, ahora lo dirije Cisneros. Moreno se encierra en su casa, no quiere saber de nada ni de nadie, hasta que se haga una revolución en serio. El 25 a mediodía hay sol, y en la plaza no más de un centenar de personas.
La segunda junta
En calles aledañas esperan parte de los infernales, el otro grupo se agolpa contra las puertas del cabildo estableciendo una verdadera presión popular. El síndico Juan de Leiva,-hombre de Cisneros- ve ingresar por la fuerza a Antonio Berutti, Domingo French, Vicente Lopez y Planes y grupo de hombres muy intransigentes, con pistolas y puñales en mano. Los criollos quieren formar un gobierno patriota cuantos antes. Hay una nueva lista de candidatos, que si no son aceptados prontamente se tocará generala en los cuarteles y no quedará vivo un solo español en la ciudad. A minutos del mediodía, ya no hay tiempo para los funcionarios de la metrópoli. Finalmente se formará aquella primera Junta de gobierno, que todos conocemos.
Cornelio Saavedra, como Presidente y Jefe del regimiento de los Patricios, tenían voz pero no voto, los secretarios, Juan José Paso y Mariano Moreno. Los vocales, Miguel de Azcuénaga, Juan Larrea, Domingo Matheu, (comerciantes) y Manuel Alberti, sacerdote. Y los abogados, Manuel Belgrano, y Juan José Castelli.
Como vemos la primer junta de gobierno, en realidad era la segunda, sí podemos decir que el 25 de Mayo se formó el primer gobierno patrio, la revolución estaba en pañales.
Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, literatura y política. Columnista Revista Kranear. Autor del libro Escritores en Combate 1.