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USURPACIÓN DE LAS ISLAS MALVINAS

3 enero, 2023

Algunos cuentan este hecho como la primera invasión inglesa, la segunda fue el intento de remontar el Paraná, y la resistencia criolla comandada por Lucio Mansilla, y ejecutado por criollos y criollas, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Y la tercera la Guerra, tras el movimiento argentino sobre las Islas, digitado por el presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri en 1982.

La primera invasión sucedió un 3 de enero de 1833 cuando el soberbio capitán John James Onslow pisó Puerto Soledad, y bajó de la corbeta HMS CLÍO; a su antojo dominó hombres y territorio, ante la ausencia del gobernador de las islas Luis Vernet, que estaba en Buenos Aires; y había sido nombrado por el gobierno argentino. Antes en un decreto de la década del 20´, el gobierno de Martín Rodríguez, dictaminó ocupar las islas del atlántico sur, y poblarlas. No sólo eso sino que envió una fragata, para reafirmar los derechos de posesión. Lo contamos para algunos desprevenidos y desprevenidas que alegan que la Argentina nunca tuvo voluntad de ocupar el territorio, a esta actitud contra la causa Malvinas, la llamamos desmalvinización.

Rápida fue la renuncia de su segundo, de apellido Pinedo. Onslow dejó a cargo al ingles Mathew Brisbane y al francés Jean Simón, no pensaba quedarse a vivir, y que en la cara le sopalara el viento sur helado. Meses después Antonio Florencio del Rivero junto a José María Luna, Manuel Gonzalez, Luciano Flores, y los hermanos Marcos y Godoy Latorre, y Juan Brassido, empezaron a matear en los fogones, y darse manija del maltrato de los capataces ingleses. Rivero era un peón entrerriano, cuya fecha de nacimiento se desconoce, aunque algunos arriesgan que nació en los años previos a la revolución de mayo, 1806 a 1808, en la Basílica de Concepción del Uruguay. Estaba en las Islas desde 1829, con el objetivo de poblar, que se habían propuesto los gobiernos argentinos en aquella década del 20´. Amansar vacas, ovejas y cerdos eran una de las tareas.

Dibujo del rostro del entrerriano Antonio Rivero.

Acostumbrados a los malos pagos, eran estaqueados por alimentarse del ganado cimarrón, y los vales para comprar mercadería servían algo menos que nada. Los gauchos que habían llegado con Vernet, fueron juntando bronca, armas y caballos. También los indios agauchados que participarán en la sublevación, algunos de orígen charrúas.

La realidad es que Antonio Rivero no ha sido muy tenido en cuenta por los manuales escolares, es así que en el prólogo del libro, Puerto Luis, de Horacio López, el historiador Norberto Galasso explica: “En cualquier país medianamente soberano, en el cual de un modo u otro las instituciones oficiales difunden alguna cultura nacional, un nativo que ha liderado una lucha contra los invasores en defensa de una parte del territorio, manteniéndolos a raya durante cierto tiempo, figura en el panteón de los héroes, para ejemplo de niños y jóvenes. Y luego agrega este historiador de las causas populares:

«Más aun, si después de esa gesta, años más tarde, ha rendido su vida frente a otra invasión extranjera promovida por la codicia y la avidez comercial de las grandes potencias expansionistas. Sin embargo en la Argentina, esa lucha de Antonio Rivero en las Islas Malvinas en 1833 y su muerte en la Vuelta de Obligado en 1845, no ha merecido ningún reconocimiento, ni plazas, ni calles, ni homenajes en el aniversario, ni páginas recordatorias en los manuales escolares».

La bandera argentina había sido arriada, por la inglesa, que flameaba en el frío sur helado, esto le calentaba la sangre a los criollos. La respuesta no se hizo esperar. La noche del 26 de agosto, Antonio «el gaucho» Rivero, junto a Luna y Brassido, clavaron una daga filosa en el cuello de Brisbane, y el de Simón. En aquella fría madrugada volvieron a izar la bandera azul y blanca, y arriaron la gringa. Por su puesto fueron apresados y juzgados de manera farsesca en Londres. Preso en Buenos Aires la vida de Rivero se perdió como su gesta de recuperación de la soberanía.

Hoy 3 de enero, se recuerda la usurpación inglesa sobre las Islas del Atlántico, a 190 años no olvidamos, y continuamos reclamando, frente a la actitud colonial de la corona británica.

*Relato sobre Rivero, Valientes. Hernán Brienza. Ed. Marea. Buenos Aires. (2010)

Lee más sobre las Islas Malvinas en la web de historia argentina Relatos del Sur


Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, letras y política. Escritor, divulga la historia de nuestro país en Relatos del Sur Autor del libro “Escritores en Combate 1”