
Hacia Viernes Salvajes
El nombre de Nick Hornby lo leí por primera vez en una película. Se trataba de la adaptación cinematográfica de Alta Fidelidad (Stephen Frears, 2000). «Basado en la novela de», así decía en los créditos. La película está protagonizada por John Cusack, uno de mis actores favoritos de todos los tiempos. Entonces me dije, si esta oda al amor por la música pop y los discos de vinilo tiene un libro, lo quiero ya.
El país asiático era sede hasta que un gobernador prohibió la participación de Israel en el certámen, y la FIFA acabó con la posiibilidad de que fuera sede. Por medio de Claudio «chiqui» Tapia, y Matías Lammens de Turismo y Deporte, con una intervención rápida se abrió la posibilidad. El que horas después mostró su voluntad fue el Presidente de Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez que aclaró que votaría por argentina.

Por su parte Infantino dió el visto bueno y expresó que AFA presentó todas las garantías para organizar el torneo Juvenil.
El torneo empezaría el 20 de mayo, pero queda una cuestión no menor por definir, que sedes serán dispuestas en tiempos donde las competencias locales tienen prioridad en los Estadios. Sin embargo, toda va camino a que se juegue un nuevo mundial sub-20 en la Argentina.
POR ENTRE NOS SOCIAL INFO 11-5322-3749 .

ENTRE NOS SOCIAL INFO- @entrenossocialinfo
Ese «ya» tardó una buena cantidad de años hasta que pude conseguirlo. Editaba (y edita) Anagrama en España y acá llegaba a cuenta gotas. Hasta que en 2015, en una librería de la calle Corrientes lo ví en la vidriera y me lo compré por impulso. Aún no lo leí.
El otro libro de Hornby que también busqué infructuosamente sin resultados fue Fiebre en las Gradas. Se lo encargué a una querídisima amiga que encaraba una aventura por Europa y que iba a terminar en España. Al volver me lo trajo con la bolsita de la mítica Casa del Libro. La abracé a ella y luego al libro. La felicidad de ese momento es inolvidable. Ése tampoco lo leí aún.
En la feria del libro de 2017 llegué con pocas expectativas. Sólo andaba medio obsesionado con la poesía de Watanabe. Pero al pasar por Riverside busqué libros de Hornby y dí con Juliet, Desnuda. La historia y los personajes, a la primera aproximación, me sedujeron.

Annie y Duncan hace quince años que son pareja. Ambos están en la puerta de los cuarenta y viven en una ciudad costera de Inglaterra que supo tener un pasado de esplendor. Annie trabaja en el museo y Duncan es profesor. Ambos transitan el desamor, están aferrados a la pareja por inercia pero ninguno se quiere hacer cargo del futuro.
Duncan, dedica mucho tiempo y esfuerzo a la figura de Tucker Crowe, músico norteamericano de rock alternativo, que desapareció de la escena para siempre tras grabar un disco mítico llamado Juliet. Hay un pequeño nicho de fanáticos de Tucker que confluyen en un blog que es administrado por Duncan. Allí se comparten material, teorías conspirativas, rumores, mitos sobre el legendario músico.
Annie se siente a la sombra de todo eso. Ella quiere ser madre pero Duncan ya ha sido claro con eso, no quiere. Hasta que un día se suceden dos hechos que hace que salga de su zona de confort. Primero, sale un disco nuevo de Juliet, una versión más intima y despojada llamada Juliet, Naked. Es como una especie de borrador del célebre disco de 1986. Y segundo, Duncan le confiesa que tuvo una aventura con una compañera de trabajo.
Coincidiendo con eso, a raíz de un comentario crítico y ácido que ella hace sobre el disco nuevo de Tucker, recibe un mail de un desconocido agradeciéndole cada palabra y que firma al pie como Tucker Crowe. A partir de ese momento empieza un ida y vuelta entre Annie y Tucker. Ella se conecta nuevamente con el entusiasmo y algunas sensaciones que ya había olvidado. Duncan, mientras tanto y por todo esto, queda en segundo plano.

La novela durmió en mi biblioteca algo más de un año. Hasta que un dia me decidí y lo leí. De alguna manera supuse que iba a experimentar la misma sensación que al ver Alta Fidelidad, esa amalgama entre el amor, la música y la vida adulta. Tenía ganas de leer sobre una linda historia de amor moderna. Y no me falló.

En medio de la lectura, me enteré que ya había una película que adaptaba Juliet, Desnuda. Me cebé mucho al saber que Ethan Hawke iba a ser de Tucker. Así que me apuré a leer la novela pero sin dejar de disfrutarla. La película está muy bien, también. Pero yo me quedo con las sensaciones que me provocó el libro. La estructura es bastante sencilla, no hay en Hornby, en este caso, una apuesta por las formas. La historia es bastante lineal. El poder de la narración recae sobre los tres personajes: Annie, Tucker y Duncan. En ellos está la esencia de la historia.
Se consigue pero hay que buscarlo. Sé que la película está al alcance de la mano pero Juliet, Desnuda es una de las mas convenientes maneras de entrar en el universo de Hornby y no querer salir nunca más.

Charly Longarini
Periodista y Escritor. Escuchá su «Pintura de los Miércoles», en La Patria Futbolera los miércoles de 19 a 20 hs. Seguilo en sus redes.