«Salí con pelota dominada desde abajo hasta que llegué a la mitad de cancha y me encontré que estaba cortada; el primer piquete era para discutir ganancias, el segundo un grupo de almaceneros exigiendo que
El Fulbito de los Lunes y otros cuentos. (2018).
vuelvan a fabricar las heladeras que van debajo del mostrador, el tercero unos ecologistas que quieren prohibir el uso de cualquier tipo de desodorante, el cuarto unos hombres peludos anticipándose a la
posible prohibición de los desodorantes, el quinto madres de hijos primerizos pidiendo que le bajen la cantidad de azúcar a la vitina, el sexto para exigir que no haya más piquetes y el séptimo y último ya me
olvidé»
Cuando se busca en la web a Nazareno Petrone, advertimos que una de las tareas que le gusta es la escritura. ¿Escribir sobre que?. El asunto puede ser el fútbol en términos generales, la pandemia, el juego de Barcelona, o la pasión por Maradona. Incursiona en poesía y también prosa. ENTRE NOS charló con el autor de El Fulbito de los Lunes y otros cuentos, y además es el Director de la Editorial independiente Qeja, del barrio de Almagro. –https://www.qejaediciones.com/–
Nazareno, nacido en el oeste de la provincia de Buenos Aires, en 1988, y que vivió siempre en Ituzaingó. Aquel que le levantaba el volumen en el conurbano, cuando en la radio sonaban Los Piojos, o La Renga. Y que tiene como guía literaria futbolera a Soriano y Fontanarrosa se presta a dialogar con Entre Nos.
EN: Para comenzar, ¿Por donde viene la influencia de leer y escribir, había una biblioteca en la casa de tus papas, era una familia que dedicaba tiempo a la lectura?.
NP: No tengo un recuerdo concreto de donde nace, sí me acuerdo cuando tenía tres o cuatro años, mi abuelo me llevaba al kiosco de diarios y compraba siempre un cuento para leer esa misma noche, obviamente me dejaba a mí la elección. En casa había libros pero no muchos, una biblioteca pequeña que eran todos de mi mamá.
EN: ¿Cuál fue el primer libro que leíste?, y ¿Cuál fue el primero que dejó una huella en vos, que te impactó?
NP: El primer libro fue para el colegio, Mi planta de naranja lima, (Nota de Entre Nos: Escrita por el brasileño José Vasconcelos, en 1968. Bastante leída en la Argentina a finales de los 80´), pero no tengo recuerdos fuertes sobre eso. El primero que sentí que me gustaba, que disfruté de la lectura fue ‘La mesa de los galanes’ de Roberto Fontanarrosa.
EN: Tu libro El Fulbito de los Lunes y otros cuentos, no son cuentos clásicos, sino microrrelatos que recorren el absurdo, la gracia, el humor, y lo fantástico por momentos. ¿Fue intencional escribirlos así, o fue saliendo de esa manera?
NP: Sí, fue intencional. Me encontraba leyendo un libro de Mario Levrero que tenía una estructura parecida. Los microrrelatos fueron saliendo solos, sin pensar en un libro. Estaba en un micro viajando a Uruguay y mirando la ruta se me iban ocurriendo uno atrás de otro, cuando me quise dar cuenta tenía más de 20, recién ahí pensé que podía ser un libro. Anoté los que más me gustaban y me propuse hacer 90.
EN: Personalmente pareces alguien relajado, sin apuros. Tu escritura, fluye, es descontracturada, y llana, no es rebuscada de manera innecesaria. En el fútbol se solía decir que «se juega cómo se vive», en la literatura, ¿se escribe como se vive?
NP: Me gusta pensar que sí, aunque tal vez no sea cierto. Está bueno ser coherente y apuntar a que las ideas y la vida sean lo más parecidas posible. Después, lo que ocurre dentro de un texto o dentro de una cancha, no necesariamente tiene que ser un reflejo de la persona. Una cosa es el cómo se vive y cómo se encara un proceso creativo, y otra es lo que se crea. El texto -o lo que sea-, puede decir lo que quiera, no dejan de ser palabras. No estoy de acuerdo en limitar o condicionar la expresión. Hay que ser conscientes de la distancia que existe entre lo que se dice y lo que se hace.
Fin de la primera parte.
Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, letras y política. Columnista Revista Kranear. Autor del libro Escritores en Combate 1.