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HACIA VIERNES SALVAJES

17 julio, 2021

LOS PARANOICOS DEL CINE

Los Paranoicos tiene, probablemente, la mejor escena de baile del cine nacional. Y si me remonto
al cine mundial, creo que también podría tranquilamente subirse a un podio imaginario.

Sentenciándolo de esa manera, no estoy siendo del todo justo con el resto de la película dirigida por
Gabriel Medina. Porque rescatar tan sólo una escena, podría interpretarse como que lo demás no
importa tanto. Nada mas lejos, es un peliculón. Es más, investigando un poco descubrí que se trata de
un film de culto.

Luciano Gauna (Daniel Hendler) es un aspirante a guionista de cine que trabaja animando fiestas
infantiles. Y eso lo mantiene a flote pero no logra resolver nada en su vida. Su amigo Manuel (Walter
Jakob), en cambio, triunfó como guionista y pegó una serie exitosa en España. Éste viaja a Buenos
Aires por negocios y enseguida nos damos cuenta que entre ambos hay mucha distancia. Hay abismos
entre ellos que los separan más que la diferencia de continente. La rivalidad es evidente y Manuel se
siente todo el tiempo por encima de su amigo.

Pero para complicar aún más las cosas, Manuel viaja con Sofía (Jazmín Stuart), su flamante novia y
se la encarga a Gauna mientras se ocupa de cerrar contratos para sus proyectos. Y esto da inicio a uno
de los triángulos amorosos más tiernos que se hayan visto por estas pampas.

La presencia de Manuel, que es casi una invasión, le genera a Gauna una incomodidad que se profundiza
cuando éste descubre que su amigo le puso a uno de los protagonistas de la serie Los Paranoicos, el
nombre de Luciano Gauna. Es casi como una burla mas que un homenaje, porque el personaje no es
precisamente un héroe. Y a esto podríamos interpretarlo como un chiste dentro de otro, ya que
el nombre del director fue usado por Damián Szifron para bautizar a uno de Los Simuladores interpretado
por Martin Seefeld. Medina y Szifron fueron compañeros en la Universidad del Cine.

La película es preciosa, es de esas que uno vuelve a mirar cada tanto porque la pasó bien. Hay tres
escenas hermosas, desde la actuación y la puesta en escena. Una es la escena del baile que ya dije,
que por cierto tiene una función narrativa fundamental en la trama. La segunda es una pelea
de boxeo por videojuegos, de alguna manera es un enfrentamiento encubierto entre ambos hombres,
que, sentados en un sillón, resuelven sus diferencias ante la incomodidad de Sofia. Y en ese mismo sillón,
algunas escenas más adelante, hay una conversación entre Gauna y Sofía, ambos
borrachos, que tiene un peso dramático determinado por lo que no se dicen.
Justamente porque Luciano sufre a lo largo de toda la película con todo lo que no dice ni puede decir.

Los Paranoicos se para en una nueva generación de realizadores que apunta a una narrativa más
clásica, alejándose de aquel movimiento de los 90 denominado Nuevo Cine Argentino, que era más de
carácter independiente, tanto en la producción cómo en las formas. Es una comedia que no arranca
carcajadas pero si es muy divertida. Como para verla un viernes a la noche comiendo pizza. Ideal
para ver en una primera cita. O para compartirla junto con amigos.

Ante la pregunta de si se ve en Netflix, respondo que no. Se puede ver por Cine.Ar, el streaming de
nuestro cine.

Denle una oportunidad, a Los Paranoicos, es una pequeña joya que provocó un revuelo importante en
2008 en el BAFICI. Créanme, sus 102 minutos se pasan volando.

Charly Longarini. Escritor y periodista en La Patria Futbolera. Miércoles de 19 a 21 hs. En www.onradio.com