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MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES Y LOS INFERNALES (PARTE 2)

29 junio, 2024

El 22 de marzo de 1816 se llegó al acuerdo de que Salta seguiría con sus métodos de guerra bajo la dirección de Güemes brindando auxilio a las tropas enviadas desde Buenos Aires. Dos días después, el Congreso de Tucumán designó Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón, que viajó a la provincia. Este ordenó que el ejército del Norte se retirara hasta Tucumán ascendiendo a Güemes al grado de coronel mayor. Así San Martín le confió la custodia de la frontera Norte.

A finales del mismo año se produjo una nueva invasión realista. En enero de 1817, el militar Pedro Antonio de Olañeta ocupó la provincia de Jujuy. A partir de tácticas guerrilleras logró recuperar Humahuaca, el 1 de marzo de ese año. Güemes continuó su guerra defensiva y fue designado, otra vez, por José de San Martín jefe del ejército de observación del Perú.

¿Porqué su ejército vencía a los entrenados y avezados militares españoles?

En una carta al virrey del Perú cuenta, Joaquín de la Pezuela, ««Su plan es de no dar ni recibir batalla decisiva en parte alguna, y sí de hostilizarnos en nuestras posiciones y movimientos. Observo que, en su conformidad, son inundados estos interminables bosques con partidas de gauchos apoyadas todas ellas con trescientos fusileros que al abrigo de la continuada e impenetrable espesura, y a beneficio de ser muy prácticos y de estar bien montados, se atreven con frecuencia a llegar hasta los arrabales de Salta y a tirotear nuestros cuerpos por respetables que sean, a arrebatar de improviso cualquier individuo que tiene la imprudencia de alejarse una cuadra de la plaza o del campamento, y burlan, ocultos en la mañana, las salidas nuestras» (Pigna, F. Los Mitos de la Historia Argentina 1)

Tras los desórdenes por el descontento producido por la presión fiscal impuesta por Güemes, los terratenientes salteños, lo depusieron como gobernador. La aristocracia no dudó en apoyar a las fuerzas realistas de Olañeta, y este envió al general José María Valdés, que tomó Salta, a mitad de año de 1821.

Debilitado por las cuestiones internas, y la pelea en ambos frentes, Güemes se refugió en la casa de su hermana Magdalena Güemes de Tejada, «Macacha».

Martín Miguel de Güemes con su ejército de infernales defendió la frontera y fue aliado estratégico de José de San Martín.

Una noche al escuchar unos disparos, decidió escapar a caballo pero, en la huída, recibió un balazo en la espalda. Llegó gravemente herido a su campamento de Chamical con la intención de preparar la novena defensa de Salta. Reunió a sus oficiales y les transfirió el mando y dio las últimas indicaciones. Murió el 17 de junio de 1821 en la Cañada de la Horqueta. El pueblo salteño concurrió en masa a su entierro en la Capilla de Chamical.

Martin Miguel de Güemes, héroe de la independencia nacional, fue desprotegido por propios y repudiado por extraños. Su imagen fue maquillada por los mitristas de 1870 en adelante y rescatado por los gobiernos nacionales y populares de mediados del SXX y comienzos del XXI. El líder salteño, fue la efigie de una época que comenzó allá lejos y que, todavía hoy – a pruebas vista – continúa siendo separada por una gran grieta que, al parecer, descubrieron los mercenarios disfrazados de progres en la República Argentina.


Martín Ripari. Periodista, Docente y Relator Deportivo. Conductor de Boca para todo el Mundo. Canal WEB.

Lo encontrás además en la WEB: LA PATRIA FUTBOLERA y BOCA PARA TODO EL MUNDO

IG: @martinripariok