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GUERRA REY: «Escribir se convirtió en una urgencia, una llamarada que lo incendiaba todo y al mismo tiempo lo redimía»

26 julio, 2021

Su novela fue publicada por la editorial argentina Qeja. Una nena que comienza a crecer en los tiempos que cae el Muro de Berlín, y se inicia la crisis del bloque socialista, y en ese marco, de la Cuba revolucionaria. La protagonista vive entre el hambre, las tormentas y los apagones. BAHÍA DE SAL, la obra que nos interesó, tanto, que nos damos el lujo de conversar con una autora, cuya canción favorita argentina la escribió, el poeta mendocino Armando Tejada Gómez.

EN: La primera pregunta es personal, uno piensa una chica cubana, baila bien y toma ron, ¿Es así?

GGR: Lo que menos hago desde que vivo en México es bailar o tomar ron, pero ambas cosas me gustan. Y nunca otro que no sea Habana Club. En rones no traiciono. Sin embargo, es difícil que pase un día sin escuchar la música de mi tierra, indisolublemente ligada a mis memorias, a mis nostalgias, adherida a los poros del alma.

EN: Qué te llevó a estudiar periodismo, porque primero sos recibida en Economía, me imagino revisando informes de inversión, un mundo de números pragmáticos y nada creativo, lúdico como puede ser la escritura. ¿Cómo sucedió ese proceso?

GGR: Esa es una de mis grandes historias, y cuando digo grande me refiero a la extensión, al camino largo… Soy hija de un periodista poeta, y esa influencia primigenia fue definitoria. Crecí entre libros, recitando a viva voz en las noches de huracanes o apagones. Cuando le preguntaba a mi padre por un autor, en lugar de mostrarme unos versos, me daba las obras completas…

Mi viejo, Félix Guerra —que ahora está enfermo y por eso es todavía más importante rememorar sus enseñanzas– escribió junto a Froilán Escobar a finales de los sesenta el primer libro que se escribe sobre el Che después de muerto:  Che Sierra adentro. Estaban por comenzar los años del quinquenio gris en Cuba, y la política cultural se iba con mano dura contra sus intelectuales. Por ese libro, que desmitificaba al ícono guerrillero y humanizaba al hombre, Félix estuvo muchos años, más de 10, fuera del Periodismo, castigado, obligado a no escribir y a no ser leído.

Yo nací cuando los últimos rezagos de esa etapa aún pesaban sobre nuestra historia familiar y de país. Hay vivencias que tienen el poder de cambiar no solo la vida de sus protagonistas, sino la de sus herederos. Aunque había gastado la infancia diciendo que sería periodista, a los 17, en medio de las turgentes necesidades económicas, raíz del Periodo Especial, me ganó el instinto de conservación y decidí estudiar Economía. Pero como dices, no duré revisando contratos de inversión ni un año. Era un ejercicio violento para mí; sobre todo el encierro, la oficina 8 horas seguidas. Pero si no hubiera estado en el Ministerio de la Industria Básica, no sé cómo hubiera arrancado, porque allí tenía una computadora, papel y tiempo libre. Al menos lo primero era imprescindible. No desistí de mis andares en la Economía hasta que pude armar, a piezas, mi primera máquina para escribir en casa.  

Foto de Sashenka Gutiérrez. https://www.instagram.com/sashe/

Saliendo del ministerio me fui a estudiar Periodismo. Ya escribía una columna en Cubahora junto a mi padre. Después vino el cine, Prensa Latina, las publicaciones periódicas, el rigor de la agencia de noticias que forma a cualquier escritor sí o sí. Luego la corresponsalía. Más tarde el exilio. En estos primeros lustros de vida profesional lo que más veces y por más tiempo me tocó duro y hondo fue el Periodismo, y la capacidad que tiene de hacernos replantear el mundo cotidianamente. Nunca dejaré de ser periodista, y de ninguna profesión me sentiré tan orgullosa; lo digo muy a pesar de la decepción que ese mundo terminó provocándome. Una decepción de las peores, humana. ¡Saber puede ser muy doloroso!

EN: ¿Cómo fue estudiar en la Universidad de la Habana?. ¿Qué momentos recordás de aquella experiencia?

GGR: ¡Uf! Imagínate. La Universidad fue el tiempo de conocer la libertad, y después quedarnos encadenados a su defensa. Fue un arca de Noé antes del diluvio, que más tarde significó la emigración masiva de mi generación. Fue un laberinto en medio de la locura. Un tiempo en el que nos refugiábamos en la amnesia para evitar la realidad que nos engullía. Veníamos del Periodo Especial. La situación en mi familia intelectual era precaria. Andábamos sin un peso… pero andábamos. A los 20 todo es bueno, por duro que sea.

El periodismo, «una decepción de las peores, humana. ¡Saber puede ser muy doloroso!».

GABRIELA GUERRA REY.

En aquellos años pasé mucho rato con los amigos, en la calle, en las discotecas, los malecones y los parques. Fue una Universidad de la vida al mismo tiempo que aprendía Microeconomía, Analíticas o los entrañables sueños de una Economía Política de la Construcción del Socialismo. Socialismo era una palabra que, tras la caída del Muro de Berlín, se nos disolvía en la boca.

Fueron tiempos muy brutos y hermosos. Trato de recordar cómo me sentía entonces. No hablábamos de política, sino de chicos y chicas, fiestas y competencias deportivas. Decían que a los de Economía nos sobraba el tiempo, pero en realidad nos la pasábamos inventando cómo distraer la vida para engañar a aquel tiempo. Los cubanos estábamos enfrascados en la supervivencia. Y no hemos hecho otra cosa desde entonces.

Aunque suene tan raro, mis nostalgias permean aquellos años, y estudiar a Kant, Keynes, Hegel, Marx… me ayudó a ser consciente de mí en el universo y cambiar el rumbo de mi propia existencia.

EN: ¿En qué momento pensaste voy a ser escritora?

GGR: ¡Sabes!, no lo tengo claro. Hoy siento que era natural. Lugar predestinado. Que de ninguna manera podría haber sido diferente. Creo que de niña ya decía eso, pero no era en serio. También decía que iba a ser veterinaria.

En Cuba escribía “cositas”, además de la agencia de noticias, colaboraba con varios periódicos, tramaba guiones de cine; tuve un espacio fijo por años para un dramatizado de radio. O sea, me ganaba la vida profesionalmente como escritora. Pero yo creo que comencé a sentirme escritora en México. Cuando escribir se convirtió en una necesidad, una urgencia, una llamarada que lo incendiaba todo y al mismo tiempo lo redimía. Escritora es hoy uno de los grandes términos que me definen, como un karma, como ser mujer o ser trashumante.

«Socialismo era una palabra que, tras la caída del Muro de Berlín, se nos disolvía en la boca«.

Gabriela Guerra Rey

EN: En la Argentina el periodismo se desvirtuó porque los medios son del poder económico o del poder político, y algunos periodistas, mainstream se tornaron en operadores mediáticos de intereses particulares ¿Cómo es el periodismo en México?.

GGR: Mira, en México hay eso que acabas de describir, por supuesto. Y estamos escasos de verdadero periodismo de investigación, y podríamos prescindir de varias empresas de medios que no le aportan un solo beneficio al país o al pueblo. También podríamos prescindir del uso por el gobierno de  los medios de prensa para fines electorales. Hay de todo, es un país largo y complejísimo.

Sin embargo, hay que decir algo trascendental del periodismo en México. Este es uno de los países donde más periodistas asesinados se cuentan; por el narco, por las guerras de cárteles, por el poder, por los políticos… y pese a ello, mis compañeros y colegas están en la calle con la única excusa, la plausible razón, de creer que todavía hay un ápice de esperanza para la justicia.

El periodista mexicano, el de la calle, el que va al lugar de los hechos, arriesga su vida cada minuto. Y gana mal. Y vive muy mal. Yo fui un tiempo una de esas. Se necesita mucho valor para permanecer en ese ejercicio durante toda la vida. Mi admiración para los periodistas mexicanos, de verdad; algunos los conozco bien, y sé que todavía hay nobleza dentro de la profesión.

EN:¿Qué fue lo último que leíste, y que puedas recomendar?. ¿Cuáles son tus escritores o escritoras argentinas que más te gustan?

GGR: Esta es otra pregunta tremenda. Ya no soy una lectora ordenada; estoy leyendo muchas cosas todo el tiempo. Para empezar a mis talleristas de Desarrollo de Obra, escritores que están comenzando a hacer sus primeras historias, y yo tengo el privilegio de ser parte de ello, de leerlos, de verlos crear. Me estoy aprovechando de esta ventana para decirles que creo en ellos. Los recomiendo mucho, algunas de sus historias están publicadas en A4manos. (http://guerraa4manos.com/category/taller-literario-y-de-escritura-creativa/). También en otros medios ya.

Estoy haciendo un posgrado en Letras Latinoamericanas en la UNAM. Leo como cuatro libros a la semana, una locura, un desquiciamiento bárbaro. Solo voy a mencionar de lo más reciente, lo imprescindible: Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz, Cristina Rivera Garza, Fernando del Paso, Eliseo Alberto Diego, Lezama Lima, Fernando Pessoa. “De chile, mole y pozole”, dicen acá.

Me dejé para último a los argentinos, porque vi venir la pregunta. ¡Mira!, no se puede conocer a Argentina sin amar a Gardel, a Mercedes Sosa, a Alfonsina o a Pizarnik —solo ejemplifico—. La lista sería enorme. Y a los argentinos, definitivamente, no se les gusta, se les ama, se les adora. Solo tengo sentimientos intensos para con la literatura de tu tierra. Entre mis amigos argentinos hay dos que creo escritores muy hechos, excepcionales: Mariana Travacio y Eduardo Goldman. Recomiendo mucho Como si existiese el perdón, de ella. Y de Goldman hay que leer, y es obligatorio, El último chiste del gran Jacobi.

Para cerrar la pregunta: no se puede haber vivido la Argentina sin haber leído profundamente a Cortázar o a Borges. Has de saber que un solo libro me pude traer al exilio, y elegí una antología de poesía, cuento y ensayo de Jorge Luis Borges. La primera que se había publicado en Cuba después de que levantaran su censura. En el mismo corazón me traje “Canción con todos”, de Mercedes Sosa.

FOTOS: Sashenka Gutiérrez. Fotógrafa y periodista. Trabaja en AGENCIA EFE en México. Redes: IG: https://www.instagram.com/sashe/ y Twitter: https://twitter.com/sashenkamiss


Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, letras y política. Escritor, divulga la historia de nuestro país en Relatos del Sur Autor del libro “Escritores en Combate 1”