Cuando era chico y no tenía una clara idea de lo que era el cine mi vieja y mi abuela me llevaban a ver las películas que Disney realizo y produjo en las décadas del 40 y 50 del siglo XX. De esa primer cinéfilia recuerdo particularmente tres obras maestras que volví a ver cuando ya era un adulto y mi impresión no solo no deterioro el recuerdo original sino que las mejoro al agregarle una serie de complejidades propias de la vida adulta.
Las tres obras maestras a las que me refiero son Dumbo, Bambi y Pinocho. Hace algunos años Tim Burton reversionó a su modo a Dumbo y a ese cuento perfecto le agregó su dosis de ironía y melancolía. Ahora le llego su turno a Pinocho, la novela de Carlo Collodi que fue adaptada al cine esta vez por el director mexicano Guillermo Del toro. Otro experto en cuentos tristes y desgarradores que capta muy bien el aire de esta época sin perder de vista el gusto por la narración clásica.
Lo más interesante de la adaptación de Del Toro además del amor que trasmite por la historia original es la relectura que Del toro realiza de la historia de Italia a comienzos del siglo XX y del surgimiento del fascismo haciendo foco en la figura de Benito Mussolini. Las fabulas de Disney siempre fueron un modelo de narración perfecta y a la vez también pueden pensarse como el modelo de fábula apolítica.
De algún modo ese modelo narrativo de Disney, como pocos en la primera mitad del siglo XX fundó un modo de contar al interior de la industria cinematográfica. Sin ir más lejos las grandes ficciones que sostienen al cine industrial en la actualidad (me refiero al cine de superhéroes) están pensadas como una gran batalla entre las fuerzas del bien y del mal y le esquivan a pensar seriamente en posicionamientos políticos privilegiando una mirada infantil y propagandística sobre los grandes problemas que azotan a la humanidad.
En el Pinocho de Del Toro el camino elegido es el contrario. Desde el inicio que narra de modo conmovedor la trágica muerte del hijo de Gepetto podemos vincular esa tragedia individual con el drama colectivo de la primera guerra mundial. La película inicia con esa denuncia humanista a la locura de la guerra para luego detenerse en el horror del fascismo, en la figura de Mussolini y en la necesidad de poder convivir respetando las diferencias propias de cada ser humano. Lo más interesante del Pinocho de Del Toro además de la actualización de la trama original y del amor profesado a la misma es la incorporación a la historia del componente político que se encuentra prácticamente ausente en la mayoría de los films mainstreams de la actualidad.
De este modo el anacronismo de la historia original recupera el vigor propio de la contemporaneidad. Pinocho de este modo no solo actualiza el mito de la vida después de la muerte propio de la literatura del siglo XIX con Drácula y Frankenstein a la cabeza sino que permite pensar en un porvenir del cine espectáculo en donde la mirada política pueda ser incorporada de modo orgánica a las futuras historias por contar
Pinocho: Estados unidos y Mexico/2022. Dirección: Guillermo Del toro y Mark Gustafson. Guion: Guillermo Del toro, Patrick Mc Hale y Mathew Robbins. Fotografía: Frank Passinngham.
Edición: Ken Schretzmann. Música: Alexandre Desplat. Elenco: Gregory Mann, David Bradley, Ewan McGregor, Cate Blanchett, John Torturro, Ron Perlman, Cristoph Waltz, Tilda Swinton.
Finn Wolfhard. Duración 117 minutos
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JUAN P. SUSEL. Sociólogo (UBA). Profesor en Ciencias Sociales. Crítico de Cine. Autor de: Maradona en Roja y Negro (2021)