Argentina Modelo 88
En un año que iba a ser el último intento de Raúl Alfonsín y su equipo económico por estabilizar la economía Argentina, frenar la corrida del dólar y la inflación, un nuevo álbum ganaba la calle. Vivíamos aún en un mundo bipolar, la tapa del diaria, Noticias de Ayer, ¡Extra Extra!, gritaría la banda platense, anunciaba la reunión de Yuri Gorbachov y Ronald Reagan, tal vez el padre del modelo neoliberal que derrotaría al comunismo. La madre, la primer ministro inglesa, Margaret Thatcher. Bueno en ese mundo aparecía el tercer álbum de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Un baión para el ojo idiota.
Un bebé con antifaz y collar, y un perro-cuando no, en la poesía y metafísica solariana están presentes los perros-, y con una Tv de fondo, -recordemos el tema de Octubre-1986- Divina TV Fuhrer-, como un aparato por detrás que irradia- según el Indio «una mezcla de estupidez y frivolidades», representa el arte de tapa del LP, realizado por Rocambole. ¿Y el disco?
Con 8 temas en menos de 40 minutos, Los Redondos, lograron un puñado de canciones, cuya mayoría se convirtieron en hits, comienza con un la pintoresca, Masacre en el puticlub, y cierra anunciándonos que «el futuro llegó hace rato», con Todo un palo. El disco-término que hoy suena viejísimo- salió a la venta, el 9 de mayo de 1988. El Presidente Raúl Alfonsín viajaba a China, aquella semana, donde se había anunciado un ajuste fiscal, para bajar el gasto público: receta archiconocida.
Y Ahora tiro porque me toca
Juega su carta la banda de Carlos «indio» Solari, y es una carta ganadora en un naipe musical popero, de sintetizadores y raros peinados nuevos, Patricio Rey, comenzará su camino a la masividad, a partir de este trabajo, cuyas canciones empiezan a perforar la sonrisa de aquella primavera alfonsinista. No sólo es premonitorio, que el futuro llegó, sino que todo preso es político, anticipa el menemismo. Porque es la política, son las políticas públicas, o la política de privatizar todo, que va a empobrecer a la población; y las cárceles se van a llenar de pobres. Los pibes sin futuro, los que «chuparan la fruta sin poder morderla», parte de esos pibes son los presos políticos menemistas.
«Yo voy en tren» dice Todo un palo, en una, ¿respuesta a Charly García?, que cantaba «no voy en tren voy en avión», es otro de los giros para entender la época, el fin de la guerra fría, y de la Argentina en la que se «come, se cura y se educa», suena al ritmo de un sonido denso, y tristón de la canción que le da cierre al disco. En tono eufórico, con el saxo de Sergio Dawi al frente, el Indio invita a las bandas a rajar del cielo, a bajar al barro de la Argentina noventosa que se asoma, mientras por la tele los funcionarios te van a prometer el primer mundo, y un conductor animará la farsa actual.
Mientras el Papa Juan Pablo II, visita América Latina, y comienza a levantarse la cortina de hierro, es extraditado desde Estados Unidos el militar represor Carlos Suárez Mason. Esa semana en el Teatro Bambalinas, en Chacabuco y Perú se estrena Un baión en vivo: un 28 de mayo de 1988. Año y medio después, Los Redondos se consolidaban tocando su primer Obras en diciembre del 89´.
Cuenta el propio Carlos Solari al periodista Marcelo Figueiras;
Figuieras: Un baión para el ojo idiota, lo Cierra “Todo un Palo”. El disco es una verdadera seguidilla de canciones memorables.
Indio: Todo un palo tiene uno de los mejores solos de Skay. Verdaderamente maravilloso. La canción era una suerte de llamado de alerta. Estábamos llamando a un gato con silbidos, boludeando, en cualquiera. Veníamos esquivándole al futuro desde hacia mucho y eso no podía sino resultar muy costoso.
Figueiras: Por que recurriste a la expresión “Todo un palo”, que quisiste decir con ella?
Indio: La use en el sentido de pegarse un palo y finalmente darse cuenta. En general no lo hacemos, hasta que la realidad nos pasa por encima. Esa especie de contradicción genera enigma, pero te hace tomar partido. Era una forma de decir: No te dejés llevar por la nariz, tenés poco tiempo. Tratá de mirar con tus ojos y no con los de la sociedad, preservate de la convención que dura lo que un pedo en la mano.
Un llamado tal vez a no dejarnos convencer de la farsa que se venía, alega el que escribe a tres décadas de un disco bisagra.
Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, literatura y política. Columnista Revista Kranear. Autor del libro Escritores en Combate 1.