El Fútbol en tiempos de Pandemia 1

Para Entre Nos pisa la pelota Martín Ripari, y no gambetea en este escrito para introducir el problema del Covid-19- y la actualidad del fútbol. Una introducción, que deja unas cuestiones para pensar y una segunda parte que se las trae.

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Asociaciones civiles, No pooles

La problemática que se yergue sobre el mundo a partir de la pandemia por Covid-19 es una ola de trastornos que no conoce de sectores de trabajo y producción ni de clases sociales. La debacle económica creciente es una consecuencia directa de lo que se decidió en la mayoría de los países: la cuarentena preventiva que incluye un parate masivo de la maquinaria productiva del planeta.

Uno de los sectores más castigados – va de suyo, no incluido dentro de los considerados “esenciales” – es la principal industria mundial: el fútbol.

Es una falacia total y absoluta comparar a los clubes de la Argentina con los conglomerados comerciales en lo que la sociedad europea permito que se conviertan: pooles económicos de concentración de poder. Así fueron desplazando al carácter público con el que nacieron allá lejos y hace tiempo vs el carácter de asociación civil con el que se enmarco a los clubes en la Argentina. Desde esa cualificación, cobran vital importancia tanto en la devolución que hace a la sociedad como en el carácter de capital exclusivo de sus verdaderos dueños: los socios.

El Problema

La emergencia sanitaria provoco que, antes de que se declare de manera oficial, los clubes comenzaran a tomar decisiones respecto de su seguridad tanto desde la integridad física de sus componentes como de la menor destrucción posible de sus economías: ejemplo de ello fue la decisión de River de no presentarse a jugar ante Atlético Tucumán en el Monumental por la primera fecha de la Copa de la Superliga.

La razón puesta en relieve fue la preocupación que generaba la cercanía del Corona Virus y lo que paso una semana después con el decreto del comienzo de la cuarentena en todo el país. Así mismo, el hecho de que por esa misma preocupación la AFA dispusiera que se jugaran todos los partidos a puertas cerradas resultaba una perdida irrecuperable de recursos económicos. Es notorio el costo habitual de los clubes al abrir sus estadios, aunque esto último no fue expresado de manera coloquial. Sino que debía colegirse desde lo que impone el sentido común y lo mínimo que que debe conocer del funcionamiento de una empresa – en este caso, de carácter civil sin fines de lucro – para entender el porqué de esa decisión y las repercusiones que generó en el ambiente futbolístico.

Dentro del aquelarre que resulta el manejo de nuestro fútbol, la pandemia del Corona Virus genera trastornos inocultables a los clubes de todas las divisionales: además de los planteles profesionales, las entidades que conforman cada una de las categorías tienen terribles problemas para hacer frente los costos fijos – sueldos de empleados, costo de los servicios públicos, mantenimiento edilicio, etc. De esta manera se presenta la discusión sobre la relación costo – beneficio que representa para los clubes la concesión de presupuestos multimillonarios en el armado de los planteles profesionales.

El elevado costo de los mismos generan un contratiempo importantísimo tanto para los clubes – que buscan reducir sus costos en el ajuste salarial de sus deportistas ante la problemática, generada en una importantísima merma de ingresos – cuota sociales, recaudaciones de fin de semana, aranceles de actividades sociales por fuera del fútbol – .

Junto a esto, la evidente ausencia de ayuda estatal – las esqueléticas arcas del Banco Central también conspiran contra cualquier intención de políticas orientadas a este menester – también se erige como un escollo a saltar por parte de las dirigencias de los clubes. Todo esto, pensado no solo en función de las categorías profesionales del fútbol argentino sino, también, de las divisionales amateur de primera y juveniles; estas últimas, las más castigadas por la detención de la maquinaria productiva.

Fin de la Primera Parte.