«El mal que existe en el mundo proviene casi siempre de la ignorancia, y la buena voluntad sin clarividencia puede ocasionar tantos desastres como la maldad».
Albert Camus, La Peste. (1947)
Supercherías
La Peste Negra fue un acontecimiento pandémico que mató a unas 70 millones de personas, durante el siglo XIV. La razón científica era que las ratas y las pulgas eran transmisoras de la enfermedad, sin embargo no faltaron creyentes y autoridades eclesiásticas que dijeran que era un castigo divino, otra «plaga» (como aquellas de Egipto que relata el antiguo testamento). Otra corriente fue más lejos y comenzó a acusarse a judíos de envenenar pozos, puertas y ventanas. Así se inició el primer progrom, persecución a los judíos en Alemania, Suiza, y la Corona de Aragón (España). Se difundió más la superchería, la astrología y los castigos divinos como argumentos que la causa más científica de aquel momento. Tengamos en cuenta que era el siglo XIV.
La cuarentena interminable
Uno tiende a creer que la humanidad es más culta que hace siete siglos atrás, parecería temerario decir que no, pero algunos y algunas hacen los esfuerzos para que dudemos. En estos tiempos que se puede salir un poco más, que no estamos en fase 1, -a pesar de los casos en aumento-, sucede lo siguiente. Me cruzo con alguien que me repetía la “cuarentena interminable”, durante todo el 2020, por los cierres que estableció el gobierno (que entiendo, y percibo que se hizo largo, muy largo el confinamiento) que estaba harto de la falta de libertad y el encierro. Ahora, duda de las vacunas- – que le permitirían inmunidad, y a mediano plazo, si todo saldría bien, emerger de la “cuarentena interminable” – de la que se queja. Sorpresa, ante la contradicción evidente, que por supuesto la persona no advierte, ni en el más mínimo detalle.
Esta cuestión de doble standard se puede encontrar, en muchísimas personas, y las dudas sobre las vacunas no se dan sólo en la Argentina. Es más no sólo la población civil duda, sino que hay un coro de corifeos, como en el teatro griego que colabora con la instalación de supersticiones, y cuestiones mágicas, acerca de un tema grave, la pandemia de Covid-19.
Profetas de la duda
Hace tiempo ya, (Noviembre 2020) el periodista Nelson Castro se atrevió a dar una serie de datos acerca de la vacuna rusa, Sputnik V – la V, no es 5, es por vaccine, que quiere decir vacuna-con un alto nivel de imprecisión, «hay que buscar la información con seriedad…» decía el periodista. Después apuntaba a que los errores en la fase 1 y 2 no permitían evaluar la fuerza de inmunidad de la misma.
Contaba además que la vacuna había sido sólo probada en 72 personas, de la marina rusa, y todos hombres, y ninguna mujer.* Cuando en realidad ya había 40.000 personas vacunadas, incluyendo mujeres, y no eran solamente del ámbito militar, sino gran parte de la población civil. Una periodista rusa Inna Afinogenova, que además en su cuenta de twitter pueden ver que se vacunó y el nivel de inmunidad lograda, salió a cruzarlo por las imprecisiones que Castro ofrecía como verdades irrefutables.
Parte de la política hace lo propio, aquí, allí y en todas partes. Una dirigente de la oposición, dijo transmitiendo mucha seriedad y tranquilidad a la población que “jamás” se aplicaría la vacuna rusa por falta de información. Ergo no confía solo en el gobierno sino en el Anmat, (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnologías), es decir la institución argentina que habilita la vacuna, para ser aplicada a la población. Jair Bolsonaro, el Presidente brasileño, de pésimo manejo en la pandemia (el que escribe tiene un amigo en Brasil, pero se puede revisar que dice la prensa internacional), no solo no se vacuna, sino que tampoco está adquiriendo las dosis necesarias para cuidar a su población. Donald Trump el presidente saliente de Estados Unidos, mantuvo la circulación e incrementó los riesgos de infección. Es el primer país en número de infectados.
Las posturas de mandatarios y algunos opositores argentinos que están a un click de buena información, son disparatadas, en un momento donde la salud de la población está en riesgo de manera absoluta. Y resulta fundamental llevar adelante una campaña de vacunación, para alcanzar la inmunidad de grupo, colectiva.
La única verdad
La posibilidad de vacunarse y hacerlo de manera masiva, es clave para comenzar a superar la pandemia, resulta vital, para la recuperación económica y la vida social de los países. La Argentina a hoy tiene (45.000 fallecidos y 1. 700.000 infectados), con malos índices económicos y número pandémicos. Sin embargo al resto del mundo no le va mejor,
Florida (Estados Unidos), sumó este sábado 12.119 nuevos casos y 211 muertes por la covid-19, en momentos en que las autoridades de Miami-Dade, el condado más golpeado por la pandemia. EE.UU el país con más infectados, 24 millones de contagios. Francia ha superado este sábado el umbral de los 70.000 muertos por covid-19 desde el inicio de la pandemia. Portugal ha alcanzado su máximo de positivos y decesos en un día, con 10.947 contagiados y 166 fallecidos en las últimas 24 horas. Y Alemania tuvo 980 muertos en un día, e Italia hoy superó los 80.000 muertos.
Entonces políticos (oficialistas y opositores), y comunicadores, autoridades de cualquier espacio, se recomienda dar mensajes claros, y no apelar a la superchería, ni a sembrar dudas sin sustento. Esto los emparenta con aquellos que no quieren vacunar a sus hijos, y que no hace mucho, eran tratados de terraplanistas. La responsabilidad discursiva y la necesidad de vacunación de las personas es uno de los ejes claves que enfrentan hoy los Estados nacionales, en este escenario pandémico donde han muerto 2 millones de personas en el mundo, y 94,5 millones de infectados a nivel global.
*Acerca de las declaraciones del periodista puede verse el video https://www.youtube.com/watch?v=pLmB_MP2UZg
Matías J. Escot. Docente de Historia . Apasionado por la historia argentina, letras y política. Columnista Revista Kranear. Autor del libro Escritores en Combate 1.