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AGUA EN WALL STREET

9 diciembre, 2020

Como el oro, el petróleo o la soja, como toda materia prima, un commoditie más, esta semana comenzó a operarse en la Bolsa de Wall Street derivados de futuro de agua. Parece sorprendente, pero no lo es en esta batalla de la hipermodernidad, preocupada en la producción a expensas de llevarse puesto los recursos naturales, del propio universo.

Fuentes que conocen el mundo de las finanzas cuentan que el anuncio se habría echo en Septiembre. ¿De que se trata esto?. De la posibilidad de establecer coberturas o la disponibilidad del precio futuro del agua. Así este Lunes pasado, 7 de Diciembre el agua comenzó a operar, y se negocia a 496 dólares cada acre-pie, medida que significa 123 millones de litros. La preocupación comenzó en la costa oeste de Estados Unidos, ya que se quemaron cantidades infernales de bosques, y la devastación forestal aceleró el tema en California. Allí estará el mercado de operaciones valuado en mil millones de dólares.

Comenzó a cotizar en bolsa con el precio a enero 2021, y la demanda de estos futuros será para grandes consumidores de agua, como productores de Almendra y grandes empresas norteamericanas. En el mundo de la bolsa se conoce que las acciones suben hoy, como reflejo de mejoras posteriores, de éxito económico futuro. Pensemos en cambios climáticos, sequías, efectos del calentamiento global, ¿cuánto costará el agua a futuro?.

No lo sabemos, si la sorpresa de los que hacemos ENTRE NOS, que el agua sea una mercancía más, para cotizar en bolsa, y generar una oportunidad de negocios a partir de un recurso natural, de todos los habitantes del mundo. (sin dueños). La ONU, asegura que cada vez está menos disponible por cambio climático y por la acción humana. En los próximos cuatro años, habrá serios problemas de escasez. En la actualidad unas dos mil millones de personas no tienen acceso al agua.

Finalmente el Papa Francisco I en su encíclica Laudato Sí, (2015) advierte que en la situación actual, no puede pensarse que los hombres y la naturaleza sean meros objetos destinados a la dominación del capital. Y exhorta al peligro de mercantilizar los recursos del hombre, de una manera voraz. La naturaleza se tiene en cuenta solamente como un mero objeto sometido al fruto del provecho y del interés.

El Papa llamaba al cuidado de la casa común, (nuestra tierra). La producción desenfrenada a escala mundial, y la ambición destruyen al ser humano y al planeta; hipótesis parte de esta encíclica. Estamos seguros que Wall Street y las mega empresas globales aún no lo han leído.


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