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EL PARANÁ EN EMERGENCIA HÍDRICA

30 enero, 2022

En la bajada de Balbi, a 30 minutos de Rosario, se encuentra una cooperativa preocupada por el ambiente, más precisamente por el Río Paraná, la bajada del río durante el año 2021, ha sido un hecho significativo. La cooperativa en cuestión se llama Fisherton-Pueblo Esther.

Una nueva problemática

Cuentan, que a mediado del 2019, previo al año pandémico, hasta nuestros días el río sufrió la bajada de caudal, más grande en los últimos 70 años. La bajante de estos últimos dos años transformó el paisaje de los humedales: las costas se ampliaron, dejando a la vista la arena y el limo que le dan al río su color marrón. Además en la zona de islas, los cambios también se sintieron; los riachos y lagunas que dependen del cauce principal del río se secaron y los peces perdieron parte de su lugar para reproducirse. ¿Cómo repercute esto en la actividad de la Cooperativa?

En palabras de una de las trabajadoras, María Barrios, “Las lagunas donde íbamos a buscar el pescado están secas. En la isla ahora hay campos sembrados, hay máquinas, hay vaquitas. Está todo arrasado”, y continúa con una frase lapidaria: “si esto sigue así, en dos años nos quedamos sin pescados”.

Es decir las cuestiones del mediambiente no son temas, snob, de una minoría que «defiende lo verde», sino que afectan, cuestiones materiales, como el trabajo, y la producción.

La Cooperativa

La cooperativa nació con la premisa de mejorar los ingresos de las y los pescadores y, al mismo tiempo, cuidar el recurso de la voracidad de los frigoríficos que pagan poco por el pescado: aún en épocas de escasez de oferta.

La cooperativa de pescadores Fisherton de la localidad de Pueblo Esther nació hace diez años. Está integrada por 19 personas, donde las mujeres son siete, la mayoría dedicada a la elaboración de alimentos en base a pescado. El objetivo del proyecto es sumar valor agregado al trabajo de las y los pescadores. En el grupo están quienes pescan, quienes limpian y despinan y quienes cocinan las empanadas, albóndigas, milanesas o canelones que, congelados, venden en ferias y mercados. Para llegar a la “bajada Balbi” hay que cruzar la zona de quintas de Pueblo Esther y prestar atención a los carteles pintados con cal, sin mucho esfuerzo tipográfico, que anuncian “hay pescado”.

Esperamos desde ENTRE NOS que la situación mejore, el río tiene un mínimo, un nivel de caudal como en 1944 y 1945, que se registró una gran baja. La Cooperativa Fisherton-Pueblo Esther, surgió, pero las multinacionales se hicieron presentes en el Paraná; Dreyfus, Cargill. Las organizaciones ambientalistas y la Multisectorial de Humedales, presionaron y se declaró la emergencia Hídrica, pero tarde. Mientras tanto los y las trabajadoras de la Cooperativa, los sábados y domingos, le venden al público el sábalo, a 100 pesos, cinco veces menor que el precio en el supermercado del centro rosarino.

INFORMACIÓN: Diario.ar


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