La periodista Karen Hao desentraña en ‘El Imperio de la IA’ cómo estas empresas replican dinámicas coloniales, “extrayendo una cantidad significativa de recursos, explotando una cantidad extraordinaria de mano de obra y participando en actividades que no benefician en nada a la mayoría”
Hace tres años, OpenAI era una organización prácticamente desconocida para el gran público que aspiraba a contrarrestar el poder de los gigantes de Silicon Valley. Hoy, es la startup más valiosa de la historia, superando los 500.000 millones de dólares. Tres años en los que la compañía dirigida por Sam Altman pasó de presentarse como un laboratorio tecnológico que trabajaba por el bien de la humanidad a convertirse en una empresa privada con agenda geopolítica propia, con acceso masivo a información personal de millones de personas y trato preferente con los poderes públicos.
Karen Hao, nacida en la década del 90, con descendencia en Hong Kong, periodista de Wall Street Journal publicó su libro, «El Imperio de IA, Sam Altman y su carrera por dominar el mundo» (editorial Península), otorga algunas cuestiones muy claras acerca de una tecnología admirada por los usuarios, pero con opacidades, y efectos negativos bastante ocultados.
Acerca de una visión filantrópica de Sam Altman, y su intención hacia la humanidad, cuando le preguntan en que se convirtió Open AI explica:
«OpenAI aparentemente ha revertido por completo todo lo que dijo que sería. Ahora es, obviamente, una empresa con fines de lucro en lugar de una organización sin ánimo de lucro, y la startup más valiosa del mundo en este momento, con una valoración de 500.000 millones de dólares. También se ha vuelto hipersecreta, aunque originalmente dijo que sería transparente».
«El mundo cambió. Ahora todo el mundo habla de IA, y todo el mundo tiene una concepción de la IA como ChatGPT, la otra forma en que el mundo ha cambiado es, como expongo en mi libro, en que estas multinacionales ahora son como imperios. Están extrayendo una cantidad extraordinaria de recursos, explotando a gran escala, mano de obra y participando en actividades por todo el mundo de formas que no benefician en nada a la mayoría de las personas«. Y remata que, «estos imperios están contribuyendo activamente una tendencia acelerada de retroceso democrático en todo el mundo»
«Sí, creo que ChatGPT definitivamente está siendo… hay muchos más competidores ahora que están tratando de comerse el dominio del mercado de ChatGPT. Por supuesto, tenemos a Gemini, tenemos a Claude de Anthropic y también vemos más empresas que comienzan a inclinarse hacia aplicaciones especializadas en lugar de solo estos chatbots.»
Acerca del peligro aclara también que Chat GPT inicialmente era una herramienta de búsqueda, pero que ahora puede verse una tendencia de considerar a ChatGPT como un mentor, un coach, un terapeuta o incluso un amante.
«ChatGPT nació como anti-google sin embargo, el mayor negocio publicitario de la historia fue Google, y Google el año pasado ganó menos de 300.000 millones en ingresos»
KAREN HAO. Periodista, Investigadora.
Karen describe al Ceo de CHATGPT, Sam Altman como alguien carismático que puede influir sobre las personas, que conoce a fondo a la psicología humana y que puede lograr el convencimiento desde inversores, si necesita fondos, también a personas que se sientan motivadas para trabajar en sus proyectos, cuando se le pregunta si el problema es Altman responde:
«Si creemos que, simplemente cambiamos a Altman por otra persona, seremos ingenuos. Porque el sistema de poder todavía existe, donde quienquiera que se siente en esa mesa puede tomar decisiones que afectan a la vida de miles de millones de personas en todo el mundo. Y esos miles de millones de personas no tienen voz sobre si les gustan esas decisiones o no».
«En los últimos tiempos se está hablando mucho más de la tecnoreligión de Silicon Valley, esa creencia casi religiosa en la tecnología digital como solución a todos los problemas de la sociedad. ¿Cree que esa fe está influyendo en todo esto?».
«Creo que tiene una influencia extraordinaria, sí. Y es parte de la razón por la que creo que la analogía con los imperios también es muy relevante, porque la mayoría de los imperios históricos también fueron impulsados en su expansión por creencias religiosas. Lo interesante es que en esta religión hay dos facciones. Las personas que piensan que necesitamos pisar el acelerador porque la IA general nos llevará al cielo y solo nos traerá utopía y bienestar; y luego las que piensan que nos llevará al infierno si la desarrolla la persona equivocada. Y en el libro digo que estas son dos caras de la misma moneda, porque en realidad solo están leyendo de la misma Biblia con diferentes interpretaciones«.
«En los últimos tiempos se está hablando mucho más de la tecnoreligión de Silicon Valley, esa creencia casi religiosa en la tecnología digital como solución a todos los problemas de la sociedad»
KAREN HAO. INVESTIGADORA, PERIODISTA.
Como todo imperio la búsqueda de rentabilidad y mano de obra barata para disminuir costos están alineados, es así que frente a una inversión de 1,4 billones de dólares y una ganancia en el último año de 20 mil millones de dólares, no condice con el valor de la empresa a nivel financiero por eso la periodista dice que estas empresas están generando una burbuja artificial.
Acerca del proceso para generar nueva tecnología la necesidad de simuladores se gestan con trabajadores baratos, así Hao desarrolla el caso de Kenia, la empresa de Altman trabaja con plataformas que tratan de buscar la mano de obra más barata en el mercado global. De lo que se dieron cuenta es que la mejor manera de encontrar la mano de obra más barata es ir a los lugares más pobres y desesperados del mundo.
«Inicialmente, eso fue Venezuela, donde la economía estaba en un estado desastroso, pero la población también estaba altamente educada y tenía alta conectividad. A medida que la economía de Venezuela comenzó a recuperarse ligeramente, el trabajo se trasladó a otros lugares más desfavorecidos durante la pandemia, cuando otros países estaban cayendo en picado, como Kenia. La historia de Mofat ilustra una vez más la lógica del imperio. Chat GPT es una gran empresa que puede costar 500.000 millones pero se alimenta de trabajadores a los que se le pueda pagar unos pocos dólares la hora»
Un trabajo fantástico y polémico de Hao que ofrece una disección de como un gigante como Open AI tienen tácticas imperiales de antaño, para reconfigurar el mundo en todos los niveles.
FUENTES: WaLL STREET JOURNAL- EL PAÍS
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