Hacia Viernes Salvajes
“El cine de terror es un género muy menor y no le aporta nada al séptimo arte”.
“El cine argentino en general, y el cine argentino de género en particular es muy malo”.
“El cine de terror argentino, acaso si existiera algo cine de terror argentino, estaría muy subordinado a los mitos anglosajones como vampiros, hombres lobos y mutantes”.
“Acá el terror no va a funcionar porque no le damos bola a Halloween”.
“En los festivales internacionales las películas argentinas llegan por su contenido político y no por su género”.
Demian Rugna con Cuando acecha la maldad derribó todos estos y otros tantos prejuicios alrededor de nuestra producción cinematográfica. Si bien es cierto que el cine de terror no es un género muy masivo en cuanto a producción en nuestro país, sería injusto no decir que en los últimos años se han realizado grandes (y pequeñas) películas del género y que son más que dignas. Tal vez les falta mayores niveles de publicidad e inversión. O a lo mejor necesitamos instalar seriamente una fiesta tradicional como Halloween para que pueda tener mayor proyección, aunque suene algo cipayo.
Cuando acecha la maldad no es solamente una gran película, es una verdadera obra maestra del terror. Por un lado expone el sistema de castas en un pueblo, queda bien reflejado el accionar de los terratenientes y que roles ocupan cada uno en el tejido social rural. Por otro, el monstruo es un “embichado», una especie de posesión demoníaca que persigue a los pueblerinos enloqueciéndolos y haciendo que se fuguen abandonando todo a su paso. La entidad maligna está tan bien construida, que de entrada uno entiende la presencia del mal sin saber exactamente de qué se trata y cómo se comporta.
«Nunca un pueblo y el entorno rural estuvieron tan bien filmados como en Cuando acecha la maldad. Hay por lo menos tres escenas que me provocaron cerrar los ojos y correr la cara a un costado».
CHARLY LONGARINI. CUANDO ACECHA LA MALDAD
Hacia la mitad de la película se nos revela las claves para sobrevivir al embichado. Son 7:
1- No utilizar luz eléctrica. Las sombras atraen a los embichados
2- Mantenerse alejado de los animales. Se vuelven violentos cuando están cerca del mal
3- No emplear armas de fuego. Pueden volverse en tu contra
4- No herir a las criaturas. El mal no muere.
5- Evitar acercar objetos a ellos. Pueden quedar adheridos a estos.
6- No menciones al diablo, esto acabará atrayéndolos.
7- No temas a la muerte. Se meterán en tu cabeza para que entres en pánico y llevarte directo a la muerte.
Todo empieza una noche en el campo. Pedro (Ezequiel Rodríguez) y Jimi (Demián Salomón), dos hermanos, escuchan tiros en un campo vecino. A la mañana siguiente salen a recorrer y se topan con un cadáver partido a la mitad. Siguen recorriendo y llegan a la casa de unos vecinos para descubrir que en su interior hay un integrante de la familia que fue “embichado». Deciden buscar ayuda en un vecino para deshacerse del poseso y allí empieza toda la epopeya que los llevará lejos del pueblo tratando de escapar a la amenaza. La galería de personajes rurales que se despliegan durante la trama le aportan verosimilitud al relato fantástico.

Nunca un pueblo y el entorno rural estuvieron tan bien filmados como en Cuando acecha la maldad. Hay por lo menos tres escenas que me provocaron cerrar los ojos y correr la cara a un costado. Ruiz (Luis Ziembrowski) le dispara a una cabra y desata la maldad; la escena en que Pedro va a la casa de su ex a buscar a sus hijos para que se fuguen de la maldad y el perro de la familia se sale de control; la noche en una escuela. Demian Rugna no solo demostró con esta película que maneja el terror con una pericia increíble sino que además es un extraordinario narrador. La película va al palo y no tiene concesiones. Cada vez que aparece la calma intuimos que estamos siendo engañados porque en el fondo sabemos que siempre está ocurriendo algo ahí en las sombras que de un momento a otro se nos va a venir encima.
La película cosechó premios y muy buenas críticas en todos los países donde se proyectó. Rugna logró que se ponga el ojo sobre el género de terror argentino y no es de extrañar, que al igual que Andy Muschietti con It, un director argentino se ponga al frente de una superproducción de terror en el corto plazo. El tiempo dirá, de hecho en una entrevista reciente Rugna deslizó que existe el proyecto para una segunda parte de Cuando acecha la maldad, pero mientras tanto en algunas plataformas podemos ver sus películas anteriores y en las librerías conseguir Aterrados, su primera novela publicada por nada menos que editorial Minotauro.
Nada me preparó para esta película, por eso celebro cuando doy con una joya, que si bien no estaba oculta en las sombras, se me vino encima y cambió mi forma de ver el cine de terror en nuestro país. Cuando acecha la maldad abrió un portal que no se cerrará tan fácil y estiró los límites de la producción de terror a una distancia que hoy es difícil de mensurar.
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