Todo pareciera presagiar felicidad. Una madre maneja en la ruta escuchando la maravillosa y festiva música de Virus acompañada de su hija cuando de repente suena el teléfono. Es Alicia, la madre de la joven la que interfiere en la calma del momento. La madre interpretada de modo notable por Carmen Maura quiere saber la receta de la torta Rogel. Su hija Laura le dicta sumisamente los ingredientes del postre. Luego la conversación deriva en otras cuestiones familiares hasta que el clima comienza a enturbiarse lentamente. Una vez que se termina la llamada el teléfono suena de vuelta. Allí se replica la conversación. La madre vuelve a pedirle la receta del postre y vuelven a hablar de las mismas cuestiones. Cortan la comunicación y nuevamente por tercera vez el teléfono suena.
Una vez que finaliza la tanda de llamados todos comprendemos lo desesperante de la cuestión. La situación se agrava cuando la hija llama preocupada a la cuidadora de la madre y esta última es la que atiende el teléfono. En menos de diez minutos lo luminoso de la primera escena se evapora de modo radical. A partir de ese momento la angustia y la asfixia será el tono que marcara a Vieja loca, el debut en solitario de Martin Mauregui que hace dos décadas fue uno de los codirectores de El amor primera parte y que luego tuvo un extenso recorrido como guionista en films de Pablo Trapero y Santiago Mitre entre otros directores consagrados.

Luego de esa fenomenal primera escena tendremos frente a nuestros ojos una película clásica de mansión embrujada con el aire de aquel viejo y amado cine de la Hammer. Cruza de ¿Qué pasó con Babi Jane? con Átame y Repulsión la película de Mauregui construirá una trama en donde el amor a los géneros clásicos del cine potenciará el conflicto interno que atraviesa Alicia que se encuentra irremediablemente atrapada en las aguas de la locura. A esa mansión embrujada llegara el ex yerno de Alicia, Pepo interpretado de modo notable por Daniel Hendler que quedara literalmente atrapado en las garras del personaje de Maura.
A partir de ese momento en el que los destinos de los dos protagonistas se cruzan todo avanzara hacia la tragedia inevitable. La película se sostiene gracias a la sinergia actoral que se produce entre sus dos protagonistas. Calzada con una motosierra Alicia someterá a Pedro a una larga sesión de tortura que no tiene nada que envidiarle al más truculento cine Slasher que podamos imaginar. A años luz de la casa del horror Laura intentara infructuosamente comunicarse con su ex mientras este es sometido a un martirio difícil de graficar.
«Vieja Loca, una historia que entrecruza un pasado personal de abusos con las marcas de una historia política marcada por la violencia y el fascismo».
JUAN P. SUSEL.
Vieja loca se sumerge en la locura del personaje de Maura pero se toma en serio esta problemática así como su historia que entrecruza su personal pasado de abusos con las marcas de una historia política marcada por la violencia y el fascismo. En este sentido Vieja loca más que un film de clase B en donde los géneros operan como mero divertimento se asemeja a películas como Repulsión de Román Polanski en donde la cámara se acerca de modo abismal al padecimiento psíquico sumergiendo al espectador en un agobio difícil de narrar. Mauregui trabaja la cuestión de la locura y de la vejez de Alicia siempre apoyándose en una cinefilia juguetona que permite a su vez sobrellevar el horror al que el espectador asiste.
Este film, inmersivo y sencillamente aterrador que da cuenta de la soledad de los adultos mayores sin necesidad de caer en subrayados redundantes. Martín Mauregui solo se apoya en el poder del cine y en una actriz más grande que la vida misma que pareciera poder hacer todo lo que desee cuando la cámara se prende. En ese lugar en donde la realidad y la locura se entremezclen Alicia llevara a cabo su venganza errónea. De esta manera las marcas de ese pasado atroz se resignificarán en el presente. Vieja loca es un cuento perfecto narrado con un pulso clásico muy infrecuente en el cine actual. Es esa virtud la que hace tolerable el agobio que padecen los protagonistas y lo que finalmente los redime. Al fin de cuentas ya sabemos que el arte sirve también para aliviar la pena.
Vieja Loca:
Dir. Martín Máuregui.
Intérpretes: Carmen Maura, Daniel Hendler, Agustina Liendo, Emma Cetrángolo.
Duración: 94 minutos
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