
ENTRE NOS SOCIAL INFO
Vino desde Senegal buscando una vida mejor, recorrió las calles del conurbano como vendedor ambulante, y hoy no para de noquear en los rings argentinos. Touba Niang, el boxeador migrante que se ganó el respeto a puro esfuerzo, volvió a brillar arriba del cuadrilátero: venció por nocaut técnico en el primer round a Ulises Vargas, y sigue invicto como profesional.
La pelea fue este fin de semana en la Federación Argentina de Box, y duró apenas un suspiro. Desde el primer campanazo, Niang salió con todo. En menos de tres minutos, mandó dos veces al piso a Vargas y obligó al rincón del matancero a tirar la toalla para frenar la paliza.
Pero detrás de esos puños fuertes, hay una historia que emociona: Touba llegó al país hace algunos años con lo puesto, sin conocer el idioma, y se las rebuscó vendiendo bijouterie y ropa en la calle, en estaciones de tren, ferias y esquinas del sur del conurbano. Hoy entrena en Quilmes, donde vive, y pelea por un sueño que va mucho más allá del boxeo.
Recordemos que Toubá Bamba Niang es oriundo de Senegal es una historia de esfuerzo y superación, quien dejó atrás su tierra natal, vivió en España, Brasil y recaló en la Argentina, para vivir en Quilmes.
Con este triunfo, Niang suma seis victorias en seis peleas (cuatro por nocaut), y se consolida como uno de los nombres que más ruido empieza a hacer en el boxeo argentino. Cada pelea es también una revancha contra la vida, contra el racismo, contra la pobreza, y a favor de los que nunca se rinden.
“Estoy agradecido a la gente de Argentina, que me dio la oportunidad de pelear y de trabajar. Yo entreno fuerte todos los días. Esto es por mi familia y por todos los que luchan”, dijo Niang tras la pelea, con humildad y la sonrisa de siempre.