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María Victoria Walsh había nacido un 28 de septiembre de 1950, hija del periodista, escritor y militante Rodolfo Walsh, siguió el camino de su padre, y trabajó como en la Revista Primera Plana y en el diario La Opinión. En este diario dirigido por uno de los periodistas insignia de la época Jacobo Timerman, Vicky se enfrentó como delegada sindical, incluso comenzó a militar en una villa miseria. De esta manera la militancia comienza a ser una de los propósitos de su vida, la posibilidad de transformar la realidad. Como aluviones de jóvenes se comprometió con tiempo y ya hecha carne, su militancia, se incorporó a Montoneros. Fue madre jóven, casada con el militante Emilio Costa en 1975 tuvo una hija, Victoria. Costa fue detenido y pasó varios años de cautiverio.
El contexto es los años 70´, la rebeldía juvenil, el cordobazo, el mayo francés, la vuelta de Perón, y una mirada sobre los sectores desposeídos, con los hijos de la clases medias altas participando en la vida política argentina.
Al día siguiente de cumplir años, 29 de septiembre de 1976, un operativo militar cercó su casa en el barrio de Villa Luro en la calle Corro, el brutal operativo contó con 150 soldados, tanquetas y helicóptero, que demolieron la casa mediante una balacera y granadas. Dentro de la misma estaba Vicky, junto con su hija y otros tres militantes, que se habían alojado un día antes. Se cuenta que en un momento dejaron de tirar, y Victoria salió de la casa cruzando la puerta con un arma, se escuchó decir una frase que incluso los soldados a cargo del operativo no olvidaron. «Ustedes no nos matan, nosotros elegimos morir», dijo la Secretaria Política de Montoneros y se disparó en la sien. El enfrentamiento fue conocido como la Masacre de la Calle Corro. La heladera fue el único mueble tras la balacera que quedó en pie, dentro estaba su torta de cumpleaños, del día anterior.
Puede escucharse la lectura de la carta por Mauricio Toscano en el programa Viaje al Fin de la Noche, del martes 30 de septiembre. La carta de su padre Rodolfo Walsh al enterarse de su muerte es la siguiente;

Querida Vicki: La noticia de tu muerte me llegó hoy a las tres de la tarde. Estábamos en reunión cuando empezaron a transmitir el comunicado. Escuché tu nombre, mal pronunciado, y tardé un segundo en asimilarlo. Maquinalmente empecé a santiguarme como cuando era chico. No terminé con ese gesto. El mundo estuvo parado ese segundo. Después les dije a Mariana y Pablo: “era mi hija”. Suspendí la reunión.
Estoy aturdido. Muchas veces lo temía. Pensaba que era excesiva suerte no ser golpeado, cuando tantos otros son golpeados. Sí, tuve miedo por vos, como vos por mí, aunque no lo decíamos. Ahora el miedo es aflicción. Sé muy bien por qué cosas has vivido, combatido. Estoy orgulloso de esas cosas. Me quisiste, te quise. El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreír una vez más.
«Ustedes no nos matan, nosotros elegimos morir»
MARÍA VICTORIA WALSH. PERIODISTA, MILITANTE DE MONTONEROS.
No podré despedirme, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, te celebro y quizás te envidio, querida mía.
Hablé con tu mamá. Está orgullosa en su dolor, segura de haber entendido tu corta, dura, maravillosa vida.
Anoche tuve una pesadilla torrencial, en la que había una columna de fuego, poderosa pero contenida en sus límites, que brotaba de alguna profundidad.
Hoy en el tren un hombre me decía: “Sufro mucho. Quisiera acostarme a dormir y despertarme dentro de un año”. Hablaba por él pero también por mí.