La Ciudad de Buenos Aires, hace unos 15 años que parece Disneylandia, tal vez uno de los pocos lugares del país que mantiene su asepsia, sin corrupción y negociados, ni Mauricio Macri, Ni Horacio Rodríguez Larreta fueron cruzados por denuncias. Se habló bastante entre pasillos de las licitaciones en tiempos larretistas, sin embargo ningún medio hizo mella, ni generó ruido como sucede con intendentes y gobernadores de otro color político.
De esta manera, el macrismo preadjudicó la concesión del predio «Costa Salguero» a la Unión Transitoria de Empresas (UTE), un conglomerado de sociedades anónimas conformado por los dos grupos económicos/mediáticos más grandes del país: el Grupo Clarín y S.A. La Nación. Lo hizo a través de una nueva resolución de gobierno.
La licitación se produjo tras la pulseada que se produjo entre Clarín e IRSA que pertenece a un hombre muy allegado a Milei, Eduardo Elztain; de esta manera en términos políticos se puede interpretar que el Macrismo, estaba dejando afuera de los negocios al mileísta Elztain. En cuanto a lo económico de la licitación que despierta sospecha es que el grupo IRSA desde su pliego pagaba un canon 29% más que el ganador, una suma propuesta de 310 millones de dólares. ¡ Pero para que sirve la acción de darle la licitación servida a Héctor Magnetto? Jorge Macri como jefe de gobierno convierte a los medio sen socios, alineándolos a los intereses Corporativos.
De una manera sofisticada, entrega un negocio estructural y rentable a largo plazo (10 años) es una forma más sofisticada y menos visible de transferir recursos que la pauta publicitaria directa. La hipótesis del «blindaje» sugiere que, al otorgar este negocio, “Jorge Macri asegura un tratamiento editorial benévolo o al menos no hostil por parte de las dos redacciones más potentes del país (Clarín y La Nación) en un momento político delicado, donde su gestión busca diferenciarse y consolidarse”, explica el Observatorio de Derecho a la Ciudad, (OCSE).
