Ya terminaron las elecciones legislativas y pasaron casi dos años del gobierno de Milei. ¿Y ahora? ¿Qué está pasando ahora? No hay más candidaturas, si algunas sobras de carguitos y discusiones por egos. Nombres, más nombres, si estás con este o con el otro. Pero no te sentís parte de todo eso, no empezaste este camino para pelearte con compañeros por supuestos jefes políticos que no discuten nada, salvo sus lugares o sus puestitos.
Entonces te sentís perdido, no convocado, y esperar a que esta locura termine no es un camino. La quietud de la superestructura te asusta, y solo ves a mercenarios, muchos de los que se hacían los revolucionarios, arreglando con un bando para crecer en la nada misma, más que algún cargo. Porque todos sabemos que Milei es lo último de lo viejo, y se va a llevar puesto a todo lo que cree que puede sobrevivir simulando ser una oposición o una construcción anti-milei.
Nosotros no somos la antítesis de nada, somos la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria. Somos los que nos dio el cuero siempre para volver. Por eso es ahora, es ahora que una generación comprenda este momento histórico y se ponga al frente, sea protagonista de alzar la voz y construir una plataforma de estado que esté a la altura de los nuevos paradigmas de la Argentina y el mundo.
Porque es momento de volver a representar los destinos de la patria, poniendo siempre a la Argentina primero, y a los argentinos, primero. Con la convicción de que es posible hacer que la Argentina funcione, dejar el coyunturismo y el parche permanente o venderla y rifarla porque dicen que no sirve. Sé que nosotros podremos dejar en el pasado esas fórmulas que ya fracasaron.
«Una generación que comprenda este momento histórico y se ponga al frente, sea protagonista de alzar la voz y construir una plataforma de estado que esté a la altura de los nuevos paradigmas de la Argentina y el mundo».
JESÚS PESSI. ANALISTA POLÍTICO.
Es la hora de trascender, una plataforma de estado que se construya en cada encuentro, donde pongamos los puntos y ejes de lo que piensa y quiere una generación para los próximos 50 años. Cada encuentro, cada acción, tiene que ser un puente hacia otro punte, que dé la claridad y convoque al pueblo a creer que Argentina es posible.
