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El Campeonato Mundial fue caótico en 1990, por infraestructura, hospedaje junto a una habilitación de canchas fue compleja, aún así Carlos Menem, el presidente de la Nación escribió una carta a la FIBA, y Fernando Galmarini el Secretario de Deportes, fue clave en la negociación para que termine siendo sede. El país además atravesaba una crisis inflacionaria de 2000% anual, que hacía inviable la vida.
Fue la última competencia que jugó la Yugoslavia unida como la soñó y la forjó el mariscal Joseph Tito, que comenzaba a desmembrarse. Recordemos que tras el derrumbamiento del Muro de Berlín (noviembre de 1989), el bloque soviético se resquebraja.
La cuestión étnica se vivió en el seno del plantel marcadas las diferencias entre el serbio Vlade Divac, y los croatas Tony Kukoc y Drazen Petrovic, todos hombres NBA.
En lo deportivo los yugoslavos venían de ser campeones de Europa en 1989, subcampeones en Seúl 88, siendo derrotado por los rusos, y el Mundial de España 1986 que habían logrado el tercer puesto la máquina dirigida por Ivkovic. Llegaron a la final disputada el 19 de agosto en el Luna Park, tras vencer a Estados Unidos (99 a 91), en la otra llave la URSS venció a Puerto Rico, que le había propinado la única derrota del certámen a Yugoslavia, (82-75), en la primera fase por el Grupo A.
La URSS el equipo de Garastas Vladas era el campeón de Seúl 88 aunque tenía a un plantel debilitado respecto de aquel de los Juegos Olímpicos. El 11 de marzo de 1990 se firmó el «Acta del Restablecimiento del Estado de Lituania», lo que generó la independencia de Lituania. Con ella, la pérdida de jugadores como Saras Marciulionis, Arvydas Sabonis, Rimas Kurtinaitis y Valdemaras Homicius. La Unión Soviética debutó en Córdoba venciendo por 20 de diferencia a la Argentina (97-77), goleó 102-76 a Egipto, y venció a Canadá 90,81 para irse con 3 de 3 en la primera fase.
Los de Dusan Ivkovic le ganaron a Venezuela 92-84, y a Angola 92-79, en aquel grupo que se jugaba en el Estadio cerrado de Newell´s Old Boys en Rosario. En la segunda fase fue un anticipo de la final, los balcánicos se enfrentaron a los soviéticos venciendo 100 a 77. La segunda fase se jugó en dos grupos, (Yugoslavia, Brasil, URSS y Grecia) y (Estados Unidos, Brasil, Puerto Rico y Australia).
Sin sus presencias, Yugoslavia hizo valer su físico como su poderío anotador. Paspalj lideró el goleo para un equipo que tomó un ventaja de 52-34 al entretiempo. El primer cuarto 26 a 17, e idéntico resultado para el segundo cuarto.

Con cinco jugadores en doble dígito, el equipo de Ivkovic no tuvo grandes problemas para retener la ventaja. Un parejo parcial de 40-41 en la segunda mitad le permitió hacerse con la victoria por 92-75. Alexander Volkov y Gundars Vetra (16 y 16) los máximos anotadores soviéticos y Zarko Paspalj, 20 y Drazen Petrovic 18, los anotadores balcánicos.
Como en la Argentina es un país que sucede de todo, el argentino Tomás Sarik de descendencia croata terminado el partido entró al campo de juego agitando a bandera de aquella nacionalidad y terminó forcejeando con el serbio Vlade Divac, en un episodio pintoresco de aquella final.