Saltar al contenido

UN ESCAPE POR LA DESOLADORA ALASKA

17 junio, 2022

HACIA VIERNES SALVAJES

La premisa es bastante sencilla. Dos tipos se escapan de una cárcel de máxima seguridad, en medio de Alaska, y se escapan en un tren que enseguida queda sin control al descomponerse su maquinista.

Decirlo así, quizás, no suene tan interesante. Bueno, es verdad, no resulta muy atrapante que digamos. Pero (en la Historia del Cine siempre hay un pero) esa simple idea se transforma en una bestia cinematográfica que se lleva por delante todo. Como un tren sin control.

La vi por primera vez en televisión, luego la alquilé para verla un par de veces. Hasta que un día, mejor dicho una noche, la emitieron por canal 13 y la grabé. Así, Escape en tren (Runaway train, 1985) empezó a jugar en el equipo de películas que grabé de la tele y las vi una y mil veces.

Entiendo que siempre tuve fascinación por los trenes, quizás por eso, la película me llamó la atención desde un primer momento. Pero más allá de eso, la atmósfera que genera Andrei Konchalovski, el director, es alucinante. Esos planos generales donde se ve el tren cortando la estepa como un cuchillo, contra el viento, contra el frío, a toda velocidad y con una música orquestal triste y tensionante compuesta por Trevor Jones.

Manny (Jon Voight, el papá de Angelina Jolie para los más jóvenes) y Buck (Eric Roberts, el hermano de Julia, quién en los 90 tendría un pequeño chispazo de popularidad debido a películas de acción y sobre todo de artes marciales) son los presos que se escapan de Stonehaven, el penal de máxima seguridad.

Manny es el preso con chapa. Un tipo que molesta a las autoridades, por lo tanto carismático entre sus pares. Y Buck es el joven fanfarrón, impulsivo, charlatán que altera la tranquilidad y el equilibrio de Manny. Son distintos pero se necesitan.

El tren, en realidad cuatro locomotoras enganchadas, va sin control a un final tragico. Desde el principio se sabe que no hay otra forma de detenerlo que no sea descarrilarlo. El sistema ferroviario aún no contaba con herramientas tecnológicas capaces de detener su marcha. De hecho, en un momento tratan de frenarlo sacándolo de las vías pero escuchan que alguien acciona la bocina desde la formación. Es ahí, que desde el control del sistema, advierten que el tren está tripulado. Quién toca la bocina para advertir presencia humana en esa bestia de hierro sin frenos, es Sara (Rebecca De Mornay), una operaria que se quedó dormida y se despierta en esa pesadilla.

Y es ahí donde aparece Ranken, el director del penal de dónde se escapan los protagonistas. Con muy malos modales y urgente por desactivar el papelón que dos reclusos se escaparon de su cárcel, irrumpe en la sala de control ferroviaria para obtener información sobre sus perseguidos y hacia ello parte rápido para darles caza.

Escape en tren es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Es una simple película de acción. Pero es una obra de arte preciosa. No hay mensaje, no hay bajada de línea. Es una belleza como está filmada. Es tan perfecta que es hermoso ver como este tren se la pone contra la cola de otra formación y contra compuertas. Va rompiendo todo a su paso y eso es belleza.

La nieve le da un marco desolador. La música acompaña a las almas que quieren escaparse. Las actuaciones son apenas correctas, orgánicas. Es decir, no desentonan, cumplen con el papel que deben cumplir. John Voight ganó el Globo de Oro ese año por ésta película. No sé si era para tanto pero es un hecho. Acá el personaje que la rompe es el tren. Su presencia, su velocidad, su tamaño, su solidez, sus partes rotas y sueltas van imponiendo su paso irrevocable a un destino de destrucción.

Se puede ver si uno la busca un poco. Se encuentra bastante rápido aunque no tanto como el tren en cuestión.

Ideal para sábado a la noche, sentarse en algún lugar cómodo. Servirse un whisky y disfrutar de 112 minutos sin control y de pura belleza. Escape en tren, una pieza de arte que la va de película de acción.


Charly Longarini

Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.