SLY: VANGUARDIA Y PUEBLO

Oct 10, 2024 | Lo último

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-Por Juan Pablo Susel

Silvester Stallone es probablemente la personalidad del mundo del cine más subestimada en los últimos cincuenta años. Actor de escasos recursos técnicos y protagonista de franquicias populares son dos de las frases que resumen una idea estereotipada del creador de Rocky y Rambo. Ahora si uno decide empezar a desmontar esos prejuicios podemos empezar a ver al personaje en cuestión desde otra perspectiva más razonable o mejor dicho más emparentada con la verdad de los hechos.

Sly, el documental que produce el propio Stallone además de tener una mirada laudatoria y nunca cuestionadora de su propia obra viene a poner en perspectiva la importancia de Stallone en la historia del cine desde su irrupción en el último cuarto del siglo XX. La película de Tom Zimny reconstruye la historia de este mito viviente mezclando entrevistas al propio protagonista con fragmentos icónicos de su filmografía haciendo foco en sus dos principales hitos cinematográficos, Rocky y Rambo. Las intervenciones de la hermosa Talia Shire y Quentin Tarantino son un aporte notable a la consistencia del documental.

La película comienza con los intentos iniciáticos de Stallone por hacer pie en la industria. Allí lo vemos en una escena de “El prisionero de la segunda avenida” con Jack Lemmon forcejeando con el actor de “Días de vino y rosas”. También vemos su icónico cameo en “Bananas”, la notable comedia de Woody Allen. La película también hace foco en la relación hostil que Stallone mantuvo a lo largo de su vida con su padre. Ese inicio plagado de dificultades de Stallone comenzara a revertirse en 1974 con su participación en “La pandilla del barrio”, película en donde construye a un matón con algunos rasgos que aparecerán luego en Rocky.

Esos inicios dan cuenta de las dificultades de Sly para ingresar en la industria y por otro lado de la perseverancia de alguien que escribía sus propios guiones y que tenía una serie de ideas que daban cuenta que detrás de esos músculos y esa boca torcida se encontraba alguien al que puede asociarse con el mote de autor. Obviamente todo lo que tiene que ver con Rocky es el punto más alto de la película de Zimny. La obra maestra de Stallone es la divisoria de aguas que divide a ese Stallone que vagaba sin rumbo en busca de un papel consagratorio del actor, director y escritor consagrado por el público como uno de los actores más celebres de los últimos cincuenta años.

Stallone narrando como se hicieron alguna de las escenas icónicas de Rocky valen de por si todo el resto de la película. Desde el momento en el que Stallone vio a Talia Shire y tuvo claro que no era necesario hacer ningún tipo de audición en relación al papel de Adriane hasta la maravillosa escena con Mickey en donde ambos terminan discutiendo y se suceden una serie de reproches de Rocky a su entrenador estamos en presencia del detrás de escena de una de las grandes películas de la década del 70. La película deja en claro que la propia biografía de Stallone es un insumo que se se utilizó para construir esta historia de perdedores maravillosos.

Es evidente que Rocky es una película conmovedora porque detrás de la excusa de película de boxeadores se esconde una de las más hermosas historias de amor que dio el cine en toda su historia. Sly da cuenta de esta verdad que podría pecar de obvia pero todo en la película de Zimny es dicho por Stallone con su habitual estilo hipnótico que deja al espectador preso de ese modo de decir y de narrar tan característico e inimitable. La película no se queda en la proeza de narrar la gestación de la primer Rocky sino que da cuenta de toda la saga dándole un lugar preponderante a la segunda y tercera parte de la historia y demostrando la injustamente olvidada quinta parte de la saga en la que brilla el vínculo que Rocky- Stallone entabla en pantalla con su hijo Sage Stallone.

Sly no es una biografía sobre Rocky pero es inevitable que el foco este puesto allí. Cuando vemos a Stallone o a Talía Shire mirar hacia atrás en el inevitable ejercicio retrospectivo no podemos dejar de contemplar como espectadores la maravilla y anomalía que Rocky representa en la historia del cine. Una comedia humana desplegada desde 1976 y que llega prácticamente hasta la actualidad si consideramos a la saga de Creed como la continuación inevitable de la saga del boxeador de Filadelfia. El mérito fundamental de Sly es la reconstrucción en primera persona de ese mito y de cada uno de los personajes que componen esa fauna humana que describe de modo quirúrgico no solo a un tipo que se abre camino a los puños sino que funciona como un perfecto retrato de la clase trabajadora como también hiciera la extraordinaria “Rocco y sus hermanos” de Luchino Visconti a inicios de la década del 60.

La película de Zimny avanza también en la construcción de Rambo, el otro personaje icónico que represento Stallone a lo largo de su carrera reflexionando sobre la construcción de ese héroe aturdido por los recuerdos de la guerra haciendo foco en los diálogos que dan cuenta de la subjetividad de un soldado despreciado por la sociedad a la que tuvo que defender. En Sly quedaron de lado grandes películas stalloneanas que vistas con el paso del tiempo no solo no han envejecido sino que han mejorado respecto de su visión inicial.

Cobra, Halcón, Riesgo Total, El demoledor por mencionar solo cuatro películas icónicas son la manifestación de que el talento de Stallone no se reduce al de ser un astuto productor experto en hacer dinero con franquicias. Cuando terminamos de ver Sly nos queda la sensación de que esa comedia humana que se construyó con paciencia de orfebre durante medio siglo queda en la historia grande del arte del siglo XX retomando la tradición de los grandes relatos novelísticos del siglo XIX a la Flaubert o Dostoievski. Stallone representa la cruza perfecta entre vanguardia y pueblo. Un atributo que poseen solo los elegidos.

Sly: Estados unidos: 2023. Dirección: Tom Zimny. Reparto: Silvester Stallone, Talia Shire, Quentin Tarantino, Frank Stallone. Duración 95 minutos