
-Por Charly Longarini- @Charlylonga
«¿Papá, yo puedo leer La sociedad de la nieve?», me preguntó mi hijo de 10 parado en la librería ante la mirada atenta del vendedor. «No es un libro para vos ese», fue mi respuesta contundente.
Desde hace un año está obsesionado con el tema. En aquel momento habíamos visto sin querer en tik-tok un video que hablaba de la película y de la tragedia aerea del año 1972. Desde ese momento empezaron las preguntas y como yo no podía alcanzar a responder todas sus inquietudes, empezó su interés.
No lo dejamos ver la película porque consideramos que no era para él. Al menos aún no. Lo cual me lleva a reflexionar sobre si prohibir a la larga no podrá ser peor.
El mejor ejemplo que tengo a mano soy yo mismo. A los 12 descubrí en casa de un amigo Operación Masacre, la obra maestra de Rodolfo Walsh. Cuando le pregunté a mi viejo si lo había leído durante la cena esa misma noche me respondió «ése no es un libro para vos, eh» -la misma respuesta que di yo hace unos dias- lo que derivó en que lo leyera a escondidas.
Hacia finales de los 90 me enteré que Rage, novela que Stephen King escribió bajo el seudónimo de Richard Bachman, había sido retirada de la venta por el propio autor ya que había sido encontrado en hogares de jóvenes que dispararon a sus compañeros y profesores en sus escuelas. Recuerdo que sobre la masacre de Columbine también se había mencionado lo mismo, poniendo a la cultura popular como disparador de la violencia en las escuelas norteamericanas. Conseguí la novela en una librería de usados sobre la avenida Callao y la leí en un día. Un joven armado tomaba de rehenes a sus compañeros en el aula y los sometía a la humillación y al mismo tiempo intentaba abrirles los ojos sobre lo nefasto que puede ser el sistema educativo. La novela, provocadora, es violenta y el protagonista está cargado de resentimiento, mezcla explosiva para cualquier conflictuado sin contención.

Rage se la presté a mi hermano menor, quien no agarraba un libro ni de casualidad, vendiéndoselo con todo su contexto de violencia y prohibición. Lo leyó completo y le gustó mucho. Por supuesto que mientas lo leía me preguntaba si había hecho bien en recomendárselo, en una de esas podía salir perturbado por la historia. Después pasó bastante tiempo hasta que volvió a leer otro libro. Supe gracias a eso que leyó la novela porque yo le había contado que estaba prohibida.
La mejor forma de lograr que nuestros hijos lean, a lo mejor, es prohibirles libros. Su rebeldía y su curiosidad los va a llevar a tomar esa lectura con la misma pasión con que la condición humana nos lleva a hacer lo prohibido.
Hace poco, y a raíz de la censura por parte del gobierno nacional sobre algunos libros en bibliotecas bonaerenses, leí en un posteo a Ariel Bosi, quien es no sólo el más grande fanático de Stephen King en Argentina, también es un extraordinario lector, afirmar que él le daría a leer a su hija leer It si así ella lo deseara. Y no está mal. ¿Hasta donde podemos los padres, desde nuestra condición de adultos guardianes, saber qué pueden y qué no pueden leer nuestros hijos? ¿A partir de qué edad le permito a mi hijo leer La sociedad de la nieve? ¿Dentro de 3 o 4 años? ¿No lo leerá a escondidas él mismo acaso? ¿No lo habrá leído o visto material sobre la tragedia de los Andes sin que yo me haya enterado?¿De qué mal lo estoy protegiendo al inhibir su curiosidad, que bien podría llevarlo lejos?
Preguntas. Muchas. Pero que ya quiera leer me parece sumamente importante. Y no va a pasar mucho tiempo hasta que lo leamos juntos, porque esa me parece, un camino intermedio entre prohibir y permitir. A lo mejor es por ahí.
LEE MÁS SOBRE LITERATURA EN ENTRE NOS SOCIAL INFO:
-TRAS LAS HUELLAS DE JUAN FORN
-OSVALDO SORIANO: PERONISMO Y LITERATURA
-POESÍA Y MÚSICA: FUENTE DE LUZ + DALE LUZ AL INSTANTE