-Por Charly Longarini
-Hacia Viernes Salvajes
Yo esperaba un disco que oliera a espiritu de despedida pero me encontré con un Charly más vivo que nunca. La lógica del escorpión, a primera escucha, va camino a sentarse en el panteón de su propia obra, pero el tiempo deberá hacer lo suyo para que eso suceda. Para las huestes de toda la vida, será un disco más con algunos pasajes más que interesantes. Para quienes empiezan a escuchar su universo musical, puede ser no sólo una gran puerta de entrada, también una obra alucinante que viene a quedarse para siempre.
El disco, el último lanzamiento del artista más grande que tiene este país, navega en las mareas del rock y la canción. Es una especie de big bang en reversa, en donde el universo musical del siglo XX se comprime en 13 canciones. Porque, podría decirse, que toda la historia de la música moderna puede caber en la obra de Charly Garcia.
La lógica del escorpión es una representación posible de la hauntologia que proponía Derrida en eso de traer espectros del pasado cuya ambigüedad ontológica nos rodea de forma persistente en el presente. Canciones de ayer que suenan con contundente vigencia envueltas en lo mejor del sonido Garciómano. Hasta nos visita el propio Spinetta, con una voz que goza de enorme presencia y nostalgia al mismo tiempo.
Hay dos clases de genios: los que hacen que parezca fácil lo difícil y los que hacen insuperable lo complicado. Charly cabe en ambos, condición que ostentan sólo los alquimistas, aquellas personas que son capaces de transformar en belleza el mundo que los rodea.
La lógica del escorpión es que nunca se puede renunciar al instinto, por eso Charly Garcia no puede dejar de ser Charly Garcia y sus discos no pueden dejar de ser maravillas.
Charly Longarini
Periodista, y lector voraz. Escribe para La Patria Futbolera. Estudia Letras en la Universidad Nacional de Hurlingham. Cinéfilo. Seguilo en sus redes.