A partir de la ola polar, el Enargas declaró el estado de “pre emergencia” e instruyó a las empresas distribuidoras y transportistas de gas a que garantizaran el fluido a los usuarios residenciales (que son demanda prioritaria).
Lo curioso es que por la inacción oficial, el gasoducto Néstor Kirchner está funcionando a la mitad de su capacidad: transporta 11 millones de metros cúbicos diarios de gas –pero podría estar transportando 22 millones- debido a que el Gobierno retaceó el giro de fondos a constructoras a cargo de las obras.

Ahora el Gobierno debe importar combustibles líquidos de urgencia con un costo estimado de 600 millones de dólares para afrontar el faltante de gas y evitar más interrupciones de servicios. Esto no es todo en cuanto la gestión energética libertaria por no haber realizado la inversión y terminar el gasoducto, las estaciones de servicio de una gran parte del país se quedaron sin GNC.
En declaraciones al medio AM 750, la Presidenta de la Cámara de Combustibles de Córdoba apuntó contra el gobierno nacional, «Nos parece una agresión totalmente innecesaria y un castigo más a este sector». De esta manera se cierra un día negro en materia energética, hay rumores que la Brasil de Lula Da Silva, tan criticado por el presidente Libertario, aportaría el faltante de gas, consecuencia de la impericia del gobierno nacional.
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