Un partido memorable , una final con un score cambiante, y de ritmo electrizante brindaron ayer argentinos y galos. La selección estuvo dos veces a tiro de ganar el partido, en el tiempo regular y el suplementario, Kylian Mbappé, fue autor de un hack trick , y el responsable que Argentina no lo ganara antes. Finalmente debieron llegar a los penales para que se corone la albiceleste, en un desenlace lleno de dramatismo.
Mbappé forzó el suplementarrio con un doblete a los 35 y 36 minutos del segundo tiempo. En un descuido argentino, el equipo de Scaloni, se encontró faltando menos de diez minutos, con un empate, luego de ganar 2-0, con cierta solidez. Dos anotaciones del número 10 galo, la primera de penal y la segunda en un volea de aire lo obligaron a jugar media hora más.
Como si esto fuese poco, la Argentina pudo haber perdido en el tercer minuto de descuento del tiempo suplementario, cuando Kuolo Mani, quedó cara a cara ingresando al área con el Dibu; y Emiliano Martínez estirándose para achicar el arco, con la pierna izquierda salvó el cuarto gol galo.
El primer tiempo argentino fue de alto vuelo, borrando al equipo francés de la cancha, con Ángel Di María en un gran nivel, a él le cometieron el penal que Lío Messi con un toque suave cambió por gol, y marcó el segundo en una jugada colectiva y de contraataque entre Messi, Mac Allister, y el nacido en Rosario Central que entró por izquierda, quedó cara a cara con el arquero francés, y tocó sobre la salida de Lloris. Para redondear un resultado que era justo.
En el suplementario otra Messi, luego de una tapada de Lloris, a Lautaro Martínez, el 10 tocó al gol, aprovechando el rebote. Faltando siete, pero un nuevo penal para Francia puso la paridad a tres del final.
Argentina, campeón ’78 y ’86, se consolidó como el cuarto país más ganador de la Copa Mundial de la FIFA después de Brasil (5), Italia y Alemania, que suman 4. Francia se quedó con 2.
Di María fue titular por primera vez en la fase final de Qatar 2022 y tuvo su revancha después de dos mundiales que le fueron esquivos. Resultó un factor clave para el desenlace del partido. Abierto por la izquierda, el rosarino se transformó en el receptor de un mediocampo fino para la circulación de la pelota y concentrado para ganar todos los duelos en su sector.
Ante 80000 fanáticos argentinos que deliraron el Estadio Lusail Iconic, la Scaloneta logró quedarse con el título después de más de, tres décadas de sequía.
El pueblo argentino ganó las calles reconociendo a un equipo que aún con errores, se valoró la actuación de Messi, el Dibu Martínez y el trabajo colectivo, y a pùro sacrificio logró la tercera estrella para el fútbol nativo.
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