
-Por Entre Nos Social Info
Iban 63´ y en cualquier parte de la Argentina había tensión, tras el baldazo de agua fría en el debut contra Arabia Saudita, y la derrota 1-2, quedaba una sola cosa, ganar. Parece que el día posterior a la caída, el de Pujato, habría dicho que debíamos también contemplar que perder es una posibilidad en el juego, «siempre pensamos que no podemos perder», dijo por aquel entonces Lionel Scaloni. Por su parte México venía de empatar 0 a 0 con Polonia, pero en el banco estaba un viejo conocido un entrenador que podía «arruinar el estofado», como solía decirse; Gerardo Martino.
El entrenador era la primera vez que se sentaba en un banco representando a la Argentina en un mundial. A los 63´, un tiro cruzado y rasante de Lio Messi, que fue a la ratonera izquierda, abajo imposible de llegar para Guillermo Ochoa, marcó el camino. Había participado Di María y Molina, antes que el rosarino la recibiera en la puerta del área y provocara el desahogo de los argentinos en Estadio Lussail, y de Usuahia a La Quiaca.

El primer tiempo se llegó al vestuario con un empate en 0, y con dudas, habrá sido trabajo de Scaloni la mentalización para enfrentar un segundo tiempo que era crucial. Enzo Fernández, con la cara interna de su botín derecho, y con una comba alta que también se coló sobre la izquierda de la humanidad del arquero, sentenció el resultado.
En la calurosa noche qatarí la Selección ponía primera en busca de un sueño, la tercera. Por ahora Polonia quedaba primero con 4, la Argentina y Arabia con tres puntos, y México casi afuera; en cuatro días la celeste y blanca se jugaba el pasaje a Octavos contra Polonia.